Las editoriales independientes en Venezuela responden ante la crisis del país con apuestas cada vez más arriesgadas, sólidas y meritorias. Presentamos una serie de preguntas que les hicimos a los más destacados sellos nacionales de esta naturaleza, sobre el origen de su iniciativa, la labor que realizan, los autores que publican y sus próximos proyectos. Continuamos la serie con Teampoetero Ediciones, que se inició en el año 2016 y que dirige el empresario y promotor cultural Marlo Ovalles.

―¿Qué motivaciones y entusiasmos determinaron la creación de su editorial? ¿Cuál es su historia? ¿Por qué el nombre?

“Teampoetero nace en las redes sociales en el año 2011. De la mano de un grupo de personas que se conocían por tuiter e intercambiaban poesía entre ellos con el #Teampoetero. Se me ocurrió un día crear la cuenta Teampoetero y pedirles a estas personas que entre todos le diéramos contenido constante. No logré concretar esa idea, pero con los años fui publicando los poemas que de mis lecturas diarias me gustaban. La cuenta fue creciendo y Teampoetero como organización sin fines de lucro, con ella. Hoy día somos Teampoetero Ediciones, que solo busca promover y difundir poesía (venezolana principalmente)”.

―¿Con qué criterios decide su editorial la publicación de un libro? ¿Podría darnos algunos ejemplos al respecto?

“Recientemente publicamos nuestro primer libro. Una antología de poesía joven y reciente venezolana a cargo de Oriette D’Angelo. Este es un caso muy particular porque queríamos darle oportunidad a una persona que siendo una persona joven, tiene tiempo estudiando y difundiendo la poesía de jóvenes venezolanos. Queríamos esa óptica, ese filtro en particular, que seguramente está muy lejos de otros antologadores de poesía venezolana.

Para las próximas publicaciones de la editorial estamos conformando un comité editorial (en el cual, ni la directiva de Teampoetero, ni alguno de sus empleados estará) a quienes vamos a encargar la tarea de seleccionar 10 autores jóvenes (no mayores a 30 años) para formar parte de una colección de CrapBooks (cuadernillos de lujo) que contarán con nuestra apuesta sobre la calidad en el diseño y la impresión con la que hasta ahora hemos trabajado.

Tenemos en nuestro inventario propio (por así llamarlo), una muestra de alrededor de 90 poetas jóvenes que han sido publicados en las antologías del Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas y los publicados en la antología Amanecimos sobre la palabra”.

―¿Hay libros más apropiados que otros para los buenos oficios de una editorial alternativa?

“¡Los que nadie quiere publicar, tal vez! En un país donde a los poetas consagrados les cuesta publicar sus próximos libros, imagina cuándo podrían estos jóvenes tener alguna oportunidad.

Hay una diferencia muy grande cuando tu objetivo no es vender libros sino difundirlos, que crucen fronteras, y que los lean quienes reseñan y opinan sobre el acontecer poético mundial; nuestra labor también está orientada en ello y hemos obtenidos nobles frutos”.

―¿Para un autor, qué diferencia hay entre ser publicado por una editorial alternativa o por una editorial comercial?

“Habría que preguntarle a algún autor. Pero desde mi óptica de lector cuando un autor es seleccionado por una editorial comercial grande (como Alfagura, por ejemplo) es un reconocimiento a su valía. Ingenuamente me he sentido orgulloso de leer a autores por años y ver que con el tiempo los publican en estas editoriales.

Recientemente me pasó con la poeta cubana Legna Rodríguez y ahora recientemente con Jesús Montoya, quien fue publicado en la antología del I Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas, en septiembre fue seleccionado ganador del Premio Hispanoamericano de Poesía Francisco Ruiz Udiel y va a ser publicado en tres países por Valparaíso Ediciones. Alegrías de este tipo nos señalan que el futuro de la poesía venezolana es grande”.

―¿En qué consiste la contribución que las pequeñas editoriales independientes hacen a los lectores?

“Les dan acceso a nuevos autores”.

―¿Qué clase de apoyo deberían recibir las editoriales alternativas? ¿De acuerdo a su experiencia, diría que son respaldadas por otras instituciones, que suelen recibir financiamiento o apoyo promocional externo?

“En casi todos los países es un trabajo cuesta arriba. En nuestro país es prácticamente imposible publicar poesía sin apoyo de patrocinantes o ayuda gubernamental. Sobre todo en poesía”.

―¿Qué es lo más difícil de gestionar para una editorial como la suya?

“Navegar en el mar de dificultades que se te presenta por la situación país: falta de materiales, lo cual conlleva un atraso en fechas de impresión, aplazamientos de eventos por protestas de calle. Pero nada que no se pueda resolver”.

―¿Cuál es la mayor dificultad con que se han enfrentado en el último año?

“No hay dificultad que con paciencia y trabajo no hayamos podido resolver. Pero entre ellas están las que a todos nos afectan: patrocinantes, devaluación, poco poder adquisitivo de los lectores, entre otras”.

―¿Qué explica, en su opinión, el surgimiento de pequeñas editoriales independientes a lo largo de los últimos años?

“El no rendirse ante la barbarie. Trabajar y demostrar que se puede es una forma de protesta (ante quienes llevan el país y ante quienes pierden la fe en que sí se puede)”.

―¿Cómo influye el contexto nacional en su labor editorial: imprenta, distribución, promoción, ventas?

“Cualquier emprendimiento está afectado por el contexto nacional. En nuestro caso: falta de materiales (los que hay a precios astronómicos), las ventas son lentas porque en los lectores hay otras necesidades que cubrir, el personal se va del país, entre tantos otros”.

―¿Diría usted que el ser una editorial alternativa ha funcionado como ventaja o como desventaja dentro del mercado editorial actual en el que se desempeñan? ¿Por qué razones?

“En nuestro caso que no pretendemos retorno alguno más allá del social, es una ventaja. Pues podemos decidir en poco tiempo hacia dónde queremos que vaya el barco”.

―¿Cómo es la proyección de una editorial como la suya fuera del país?

“Por ahora, no nos interesa replicar esta labor fuera. Si bien en nuestras redes promovemos el trabajo poético de escritores de cualquier país, nuestro compromiso editorial en papel es con los jóvenes venezolanos, y para ello, nos apoyan nuestros benefactores”.

―¿Puede comentarnos algún título o autor particular de la literatura venezolana que deseen o vayan a editar próximamente? ¿Por qué ese título o autor en especial?

“Coeditaremos la antología del II Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas y los autores para los CrapBooks que les mencioné aún no han sido seleccionados. También quisiera mencionar que Teampoetero como organización, más allá de la editorial, tiene un nuevo proyecto, que consiste en crear una biblioteca física, como espacio, exclusivamente de poesía. Queremos acercar los libros que ya no se consiguen a los lectores e investigadores, así como los libros de otros países que por distintas razones no llegan a Venezuela. Queremos esa casa de puertas abiertas donde habite la poesía, donde el que quiera pueda ir a encontrarse con ella”.

En conjunto con @autoresvenezolanos de Tibisay Guerra, el Team Poetero ha lanzado ya dos ediciones de su concurso para jóvenes poetas, de los que se han derivado sus correspondientes antologías de ganadores y finalistas. El primer concurso, en 2016, tuvo como jurado a Ricardo Ramírez Requena, Alejandro Castro y Yolanda Pantin; y como ganador, a Willy McKey. El libro que recogió los poemas del ganador, segundo y tercer lugar más los veinticinco finalistas, apareció seis meses después de anunciado el veredicto en el Festival de la Lectura Chacao del año pasado. Este año, la segunda edición del concurso contó con un jurado conformado por Eleonora Requena, Luis Enrique Belmonte y Edda Armas. Los dos últimos miembros del jurado estarán presentes esta tarde, nuevamente en el Festival de la Lectura Chacao, junto a la ganadora de este año, Cristina Gutiérrez-Leal, en el acto de presentación de la antología del II Concurso Nacional de Poesía Joven Rafael Cadenas. La cita es para hoy a las 5 pm, en la tarima Obelisco de la Plaza Francia de Altamira. 


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