El mítico actor francés Alain Delon, siete veces en competición en Cannes pero nunca recompensado, recibió este domingo una Palma de Oro de Honor por toda su carrera, pese a las protestas de asociaciones feministas que lo acusan de violencia de género.

El reconocimiento, que le fue entregado por su hija Anouchka, desató una polémica incluso antes del inicio del certamen. Un grupo de feministas reprocharon al actor al que consideran «racista, homófobo y misógino», según los términos de la asociación estadounidense Women and Hollywood, basándose en declaraciones que hizo en el pasado.

Una petición con más de 25.000 firmas solicitó a los organizadores del festival que no hicieran ningún acto en honor del ícono del cine francés. «No hay homenaje para los agresores», reaccionó también el colectivo francés Osez le Féminisme. «¿#MeToo no nos ha enseñado nada? Exigimos que el Festival de Cannes rechace homenajear a un agresor misógino», añadió.

En el periódico francés JDD, Delon acusó a sus detractores de haber «inventado declaraciones». «No estoy en contra del matrimonio gay, me da igual: la gente hace lo que quiere. Pero estoy en contra de la adopción por parte de dos personas del mismo sexo (…) ¿Dije que había abofeteado a una mujer? Sí. Y habría tenido que añadir que he recibido más bofetones de los que he dado. No he acosado a una mujer en mi vida», afirmó.

El intérprete agregó: «Han querido ponerme la etiqueta de extrema derecha porque expliqué que era amigo del utraderechista Jean-Marie Le Pen desde el Ejército. No, soy de derecha, punto».

Denunciando una «policía política», el delegado general del festival, Thierry Frémaux, defendió al actor al inicio del certamen: «Alain Delon tiene derecho de pensar lo que piensa», dijo. Agregó que «es difícil juzgar con la perspectiva de hoy cosas hechas o dichas» en el pasado. «No le damos el Premio Nobel de la Paz», zanjó.

Aunque aceptó recibir esta Palma de Oro de honor, el actor, de 83 años de edad, siempre ha mantenido una relación de altibajos con el Festival de Cannes.

«Nunca más»

Estuvo en La Croisette por última vez en 2013, para la proyección de una copia restaurada de A pleno sol de René Clément, «su maestro absoluto», después de haber presentado en 2010 una versión restaurada de El gatopardo. Antes, sin embargo, se negó durante 10 años a poner los pies en el festival, indignado por no haber sido invitado, como Jean-Paul Belmondo, a las celebraciones del 50º aniversario de la muestra, en 1997.

En 1961, estuvo por primera vez en la alfombra roja con ¡Qué alegría vivir! de René Clément, en competición, y repitió con El eclipse de Michelangelo Antonioni en 1962, Premio del Jurado, y con El gatopardo de Luchino Visconti, Palma de Oro en 1963. Pero en 1976, cuando presentó El otro señor Klein de Joseph Losey, el filme tuvo una mala acogida, lo que exasperó al actor. Aunque en 1990 volvió a la competición con Nouvelle vague de Jean-Luc Godard y se reconcilió con La Croisette, siguieron unos años de tensión, que incluso lo llevarían a decir en 2006 que «nunca más» subiría la escalinata del festival. Sin embargo, un año después de esta incendiaria declaración volvió invitado para la 60º edición del festival. «¡Sólo los imbéciles no cambian de opinión!», expresó entonces.


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