Fue un riesgo para Clint Eastwood. Desde el principio lucía como nada deleznable de concretarse de forma exitosa. El director se propuso realizar una película sobre el atentado terrorista frustrado en 2015 de un tren que partió de Ámsterdam a París con 554 pasajeros, uno de ellos Ayoub el Khazzani, que subió con un maletín lleno de armas y municiones para asesinar a todos a bordo.

En el tren estaban tres amigos: Alek Skarlatos, Anthony Sadler y Spencer Stone, quienes se convirtieron en héroes por ayudar a neutralizar al terrorista y evitar una tragedia.

Ese hecho llamó la atención de Eastwood, quien no solo quiso hacer una película inspirada en estos personajes, que llegaron a recibir la Legión de Honor del gobierno de Francia, sino que también les pidió que fueran ellos mismos los que protagonizaran el filme. Y salió bien librado.

Así surgió 15:17 Tren a París, la película que se estrenó la semana pasada en Venezuela, que toma como principal referencia este momento.

No es secreto que el director en sus más recientes historias ha tomado referentes que son considerados héroes en su país, pues también se ha inspirado en figuras de la vida real. En El francotirador (2014), protagonizada por Bradley Cooper, Eastwood busca adentrarse en lo que fue Chris Kyle, un soldado estadounidense que en la guerra de Irak destacó por su eficacia al momento de cubrir, desde los techos, todas las operaciones en busca de enemigos.

Si bien una lectura rápida del filme hace pensar que se trata de un endiosamiento al militar en tierras extranjeras, el director logró mostrar las contrariedades de aquellos que regresaban a casa después de un conflicto; los trastornos del estrés postraumático, la aparente dependencia a la guerra y la paradoja de la vida de los veteranos.

En Sully (2016), Eastwood homenajea al piloto Chesley Sullenberger, encarnado por Tom Hanks, que decidió en 2009 amarizar un avión en el río Hudson para evitar una tragedia mayor después de un fallo provocado por una bandada de aves. Sin embargo, a quien fue considerado un héroe por esa hazaña, quisieron torpedearlo al acusarlo de irresponsable.

Ahora, en 15:17 Tren a París, el director busca apartarse del relato heroico en buena parte de la cinta. Y es ahí dónde está uno de los principales aciertos de la película, que cuenta con un guion de Dorothy Blyskal basado en un libro escrito por los protagonistas de este hecho.

Evita que haya épica desde el principio, para así sorprender en una historia bastante reciente y harto reseñada por los medios. Durante la mayor parte de su desarrollo, Eastwood se concentra en contar la amistad de estos muchachos. Alek Skarlatos, Anthony Sadler y Spencer Stone se conocen desde niños, cuando estudiaban en una escuela cristiana en la que no apostaban mucho por ellos debido a su “mala conducta”. 

El espectador verá cómo la vida de ellos transcurre hasta la adultez, cuando deciden recorrer Europa como mochileros. Aunque sin perder la pista de que se trata de Eastwood en la dirección, busca emular los sentimientos de quien ve un video sobre vacaciones.  

Es en esa calma y fraternidad que transmite, cuando el autor aprovecha para dar su giro y exaltar a sus personajes. Además la forma en la que transcurre este viaje, las vicisitudes de los protagonistas y cómo se reponen de ellas, son también una defensa a Occidente por parte de Eastwood.


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