Un 81,9% de los hogares españoles cuenta con conexión a Internet, según los datos de la ‘Encuesta sobre equipamiento y uso de tecnologías de información y comunicación en los hogares’ que publicó el Instituto Nacional de Estadística (INE) el pasado año 2016. El 74,45% de las empresas que tienen menos de 10 empleados disponen de un ordenador para llevar su negocio. De estas, un 70,71% navega a través de Internet. El 99,10% de las firmas de mayor extensión, es decir casi la totalidad de éstas, también funcionan gracias al almacenamiento de sus datos en este tipo de máquinas y a la publicación de sus productos en la web.

Los ordenadores, ya sean portátiles o de mesa, se han convertido en equipamiento imprescindible, tanto para particulares como profesionales. Por ello, multitud de empresas ofrecen ordenadores baratos con grandes prestaciones que se adaptan a la mayoría de los requerimientos de los clientes. Antes de proceder a la adquisición final de la computadora es fundamental asegurarse de saber las características que ésta debe tener en función del uso que se le quiera dar. No se necesitará el mismo tipo de máquina para entretenimiento que para programación o almacenamiento de ficheros de gran extensión.

Una familia que vaya a comprar un ordenador, normalmente, le dará un uso doméstico, es decir, lo utilizará para navegar por Internet, escribir documentos o realizar trabajos en programas básicos, almacenar fotos, reproducir archivos de vídeo… Lo más recomendable en este caso es mirar ordenadores con un procesador (parte que ejecuta el sistema operativo y las aplicaciones) de doble núcleo con unos 2 Ghz mínimo aproximadamente. Si se le va a dar un uso un poco más exhaustivo, es decir, instalar juegos de gran tamaño, se podrá ampliar a cuatro núcleos.

En cuanto al disco duro, el encargado del almacenamiento de toda la información del ordenador, hay que tener en cuenta dos aspectos: la capacidad y la velocidad de escritura. Para un uso cotidiano bastará con unos 500 Gb y 5400 rpm. Otro dato importante en el que habrá que fijarse es la memoria RAM que utiliza el procesador temporalmente para volcar cálculos que hacen funcionar las aplicaciones. Para lo básico, 3 o 4 Gb serán suficientes.

Por su parte, las empresas tendrán necesidades mayores, es decir, navegación simultánea, instalación de programas que requieran más potencia u otras muy diferentes. Para ello, las exigencias serán más amplias, por lo que las prestaciones serán otras. La RAM debería multiplicarse por dos, es decir, alcanzar los 6 Gb. En el procesador serán obligatorios los cuatro núcleos e incluso mayor número de Ghz. La capacidad del disco duro siempre dependerá del espacio que ocupen los archivos que se quieran guardar, pero en este caso, seguramente sea bastante más alto, por lo que convendrían 800 Gb mínimo.

Lo mejor a la hora de hacer este tipo de compras es ser bastante prácticos y no mirar por el diseño exterior de la máquina, sino por lo antes explicado. Asimismo, es preferible tener 2 años de garantía para evitar cualquier sorpresa inesperada.


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