Las universidades del país oscilan entre la interrupción temporal de las actividades y la flexibilización (de horarios y del régimen de evaluación), obligadas por la conflictividad social actual. La Universidad de los Andes suspendió las actividades docentes y administrativas desde ayer, y hasta nuevo aviso, en sus núcleos en Táchira, Mérida y Trujillo. Del mismo modo procedió la Universidad Católica del Táchira.

“La Universidad de Carabobo interrumpió su labor docente y administrativa desde el pasado 5 de abril, después del allanamiento de la Facultad de Ingeniería, y así permanecerá hasta que existan las condiciones para el restablecimiento de la actividad”, expresó Pablo Aure, secretario de esa casa de estudios. La reprogramación del semestre implicará invertir algunos días de las vacaciones.

La rectora de la Universidad de Oriente, Milena Bravo de Romero, declaró que en los núcleos de Sucre y Anzoátegui se mantienen focos de protesta que pueden impedir las actividades, pero en los de Bolívar, Monagas y Nueva Esparta se labora normalmente. Anunció que este viernes convocará a un Consejo Universitario Extraordinario para estudiar la reprogramación del semestre.

Autoridades de las universidades Central de Venezuela, Católica Andrés Bello y Metropolitana aplicarán un régimen de flexibilización en la asistencia y evaluación, y conservarán sus puertas abiertas. En la primera, mañana se realizará un Consejo para estudiar la situación aunque cada facultad podrá reprogramar su cronograma, explicó el vicerrector académico, Nicolás Bianco. En la Católica, sus distintas sedes y núcleos estarán activos y solo en caso de que fuera necesario, se estudiarían alternativas para culminar de modo óptimo el semestre, según se desprende del comunicado emanado del Consejo Universitario de ayer. Además de la flexibilización, el rector de la Universidad Metropolitana,Benjamín Scharifker, indicó que buscarán soluciones virtuales, presenciales o tecnológicas con el fin de salirle al paso a las dificultades, además de cumplir con los becarios exigidos a mantener sus promedios de excelencia.

La Universidad Monteávila no ha detenido su gestión, pero la Dirección General de Contrainteligencia Militar, situada en sus adyacencias, obstaculiza el trabajo al mantener una intensa vigilancia en las entradas del alma máter.

“Exijo al gobierno que cese la criminalización de la protesta; la amenaza de trasladar a estudiantes detenidos a la cárcel de Puente Ayala es temeraria”.

Milena Bravo de Romero

Rectora UDO


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