«Noûs» es una palabra derivada del griego antiguo que evoca nociones como inteligencia, intelecto, sabiduría; es el nombre de la estatuilla del Concurso Latinoamericano de Excelencia Educativa Iberoamericana obtenido por el docente venezolano Tomás Linares Benzo por haber ideado Amblema, una herramienta pedagógica de cuya sencillez se ocupó con extremo cuidado. En el certamen, estatuido por la Fundación para la Integración y Desarrollo de América Latina (Fidal) ecuatoriana, se postularon 42 proyectos y el veredicto estuvo a cargo de un jurado internacional.
Amblema sintetiza las tres materias en las que se funda todo el sentido del proyecto de Linares Benzo: ambiente, lectura y matemática. Para entenderlo, hay que remontarse al año 2012, cuando junto con Óscar Pietri, director de la Fundación Ecológica Guáquira, se planteó la necesidad de llevar una educación de calidad al caserío La Marroquina que rodea a esa reserva vegetal, en San Felipe, capital del estado Yaracuy.
Muy pronto se impuso la radical simplicidad del proyecto para asegurarle aceptación entre sus destinatarios: «Lo que nos interesaba era hacer una propuesta de calidad docente.
Por eso abandonamos cualquier intención de producir una herramienta nueva; más bien, centramos el núcleo del trabajo en las tres áreas de Amblema y fueron apareciendo requisitos que se hicieron norma: debía ser práctica, pragmática, eficiente, medible y efectiva», asegura.
Un diagnóstico puso a Linares Benzo en dirección de las metas que debía alcanzar y la Escuela Básica Nacional Mercedes Flores de Ramírez de la comunidad rural de La Marroquina, con 10 docentes y 150 niños, aceptó el reto. «Para crear un hábito de lectura, se creó ‘La hora TAL (Todos a Leer)’.
En un momento dado suena un timbre y durante 9 minutos y medio el personal de la escuela lee, desde la gente de mantenimiento hasta los niños. En cinco años los índices de lectura han aumentado en más de 70%», precisa. Este laboratorio posibilita que cada lector participante en la experiencia al cabo de un año pueda haber leído hasta tres libros. Y advierte Linares Benzo que no se trata de una lectura mecánica, la eficacia del proyecto estriba en que se hayan comprendido las páginas en las que se detuvieron cada día, lo cual es motivo de medición y balance.
En el área de matemática se ha puesto el énfasis en la tabla de multiplicar y en el salón le dedican del mismo modo unos minutos diarios a resolver una operación. Además, se añade un problema de lógica matemática. Algunas medallas de bronce ganadas por los niños en olimpíadas matemáticas dan cuenta de la efizacia del módulo. En ambiente la invitación es a aplicar las 3 R (reducir, reutilizar, reciclar) y potenciar un sentido de responsabilidad por los ecosistemas y la naturaleza a través de juegos ecológicos.
Todo el trabajo de Amblema comienza con un taller a los docentes. Y porque la docencia de calidad hay que formarla no solo cualitativamente sino también con dignidad, el taller se efectúa en el mejor espacio de La Guáquira, y empieza con un desayuno copioso. Luego se imparten las herramientas pedagógicas y se promete un incentivo al maestro que alcance las metas proyectadas.
Es un esquema que involucra a un mecenas, un empresario de la zona que encuentra en Amblema una buena opción para cumplir sus compromisos de responsabilidad social.
En cinco años de funcionamiento, Amblema ha extendido su herramienta a 9 escuelas (5 en Aragua, 3 en Yaracuy y una en Caracas), actuando en una población de 2.500 niños y alrededor de 200 docentes, donde de modo muy directo también participan coordinadores, voluntarios, padres y representantes. «Nuestro lema es HQS: hacer que suceda.
No hay límites. La crisis política pasará. Hay que aportar por una situación de calidad para niños, docentes y familias», arguye.