Líderes juveniles de partidos políticos, dirigentes estudiantiles, sociedad civil y gremios se reunieron ayer en la Universidad Central de Venezuela para realizar el Primer Congreso Nacional de Juventudes, en el cual presentaron propuestas de reconstrucción nacional que permitirán el regreso de quienes partieron a otros países y el rescate de la democracia.

Más de 7 universitarios de 14 estados se dieron cita en el Gimnasio Cubierto de la UCV desde las 10:00 am, y aunque la guardia y la policía nacional bolivariana llegaron con tanquetas y equipos antimotines a una de las entradas de la universidad, el congreso se desarrolló con normalidad.

A las 12:05 del mediodía se inició la actividad con la entonación del Himno Nacional y un minuto de aplausos en honor a los que murieron en las protestas de 2017, que en su mayoría fueron jóvenes. El público exclamó: “¡Honor y gloria a los caídos!”.

De inmediato, los miembros de la mesa técnica que dirigieron el debate informaron que serían más de 100 las intervenciones de voceros nacionales y regionales, y cada uno tendría 3 minutos para exponer sus ideas. La primera que ejerció el derecho de palabra fue Sairam Rivas, militante de Bandera Roja y estudiante de la UCV, quien afirmó que uno de los objetivos de la convocatoria era llegar a un acuerdo sobre cómo los jóvenes podían contribuir a la unidad que se requiere. Planteó sacar a Venezuela del rentismo petrolero, recuperar la ética y convencer a los venezolanos de que el trabajo es una de las vías para salir adelante. Rivas ratificó que la dirigencia está dispuesta a resistir: “Nos quedamos en Venezuela y nos la vamos a jugar para salir de este régimen opresor. Llamo a los jóvenes a quedarse”.

Este último planteamiento fue respaldado por Rafaela Requesens, presidente de la Federación de Centros Universitarios de la UCV, quien admitió que uno de los retos más grandes que tiene la dirigencia es lograr el regreso de los que se fueron del país porque sintieron que no tenían futuro. “Todos tenemos un amigo, un hermano, un primo que se fue del país, y eso nos duele profundamente. Trabajaremos para que regresen. Sabemos que la reconstrucción no será fácil, pero si estamos pidiendo cambio, tenemos que demostrar que somos maduros para asumir las riendas del país. Estamos convencidos de que no podemos abandonar nuestra patria”, expresó.

En representación de los técnicos de la Universidad de Oriente intervino Pablo Méndez, quien sugirió crear un plan de incentivo para que los profesionales no abandonen el país.

Los dirigentes de los estados Aragua, Anzoátegui y Apure coincidieron en que desde la academia llevarán soluciones a las comunidades y al sector productivo para que Venezuela sea nuevamente un país exportador de alimentos.

Ricardo Cussano, primer vicepresidente de Fedecámaras, también estuvo presente en este acto y respaldó la propuesta de los estudiantes: “Tendemos las manos para debatir sobre el país productivo que necesitamos”.

Por el sector salud habló Carlos Prosperi, presidente de la Sociedad de Médicos Internos y Residentes del Hospital Vargas, y enfatizó que la lucha no es solo por las medicinas para los más desprotegidos, sino por mejoras salariales para todos. Exhortó a los estudiantes a mantener un espíritu rebelde y crítico.

Una monja de la Congregación Dominica rompió con el protocolo y pidió que la tomaran en cuenta para dar un mensaje de optimismo a las nuevas generaciones. Su nombre es Esperanza Forero y tiene 84 años de edad, y aunque no es nativa, afirmó ser venezolana de corazón porque tiene 40 años en el país.

Pidió ser la esperanza de una nación que tiene su libertad amenazada y evocó una estrofa del Himno de la Virgen de Coromoto: “En los pliegues tricolores de la bandera señera, guarda a Venezuela entera de su virgen los amores”.


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