Ya el general Hugo Carvajal no está solo en la palestra. No solamente había acaparado los titulares de los periódicos, sino que también comenzó a aparecer por propia voluntad en las redes sociales con informaciones de inteligencia y con asuntos que había manejado cuando ocupaba altas funciones cerca del comandante Chávez. Así atrajo, por fortuna, la atención de numeroso público. Hoy ha encontrado la compañía del general Carlos Rotondaro, quien es el segundo de la alta oficialidad en abandonar el barco para nadar en las aguas de la oposición.

Las primeras informaciones que ha trasmitido el general Rotondaro sobre el asunto de la salud que hoy agobia cada vez más a la sociedad son muy importantes. Como presidió el Instituto de los Seguros Sociales del régimen, función desde la cual debió atender un área fundamental para el bienestar del pueblo y debió lidiar con las altas figuras del régimen para llevar a cabo sus obligaciones, los datos que ofrece son de una elocuencia devastadora. De allí la trascendencia que revisten, pese a que apenas debuta ante las cámaras.

Uno de los temas sobre los cuales ha ofrecido detalles descubre la renuencia de la cúpula a la entrega de divisas para la adquisición de medicamentos, y la identidad de quienes desatendieron sus solicitudes. Pese a que se necesitaban con urgencia, y a que justificó la importancia ineludible del gasto, topó con la indiferencia de los guardianes de los recursos. Deshojaban la margarita desde el fondo de la pereza, dice, mientras el Seguro Social pasaba situaciones de mengua que repercutían en la atención de millones de usuarios.

También tocó el asunto de la utilización de los servicios públicos de salud para proselitismo político. El Seguro Social convertido en oficina del PSUV, y en máquina de buscar sufragios rojo rojitos, se descubre en toda su magnitud a través de las declaraciones del general Rotondaro. Se supone que es solo el principio, que debe agregar más evidencias de primera mano que fortalezcan el entendimiento que se tiene de una dictadura indiferente ante los agobios de la población y solo ocupada en sacar partido de su posición en las alturas y, después, en procurar supervivencia sin mirar con justicia, o con compasión, las penurias de los gobernados.

Conviene decir que a muchos les ha caído mal la cabriola sorpresiva del general Rotondaro, que reprochan su actuación anterior en la cumbre del oficialismo y le tienen desconfianza. El mismo calvario del general Carvajal, la misma penitencia por anteriores pecados, que no deja de tener fundamento. Pero, viendo las cosas desde una posición de equilibrio, se trata de aportes fundamentales para la restauración de la democracia. Como son fuentes de primera mano, testimonios directos de una postración nacional que clama al cielo, material irrebatible, es mucho lo que aportan en la sustentación del expediente contra la usurpación.

Ojalá otros de sus colegas sigan el ejemplo.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!