Resignación e inconformidad son algunas de las expresiones que muestran los vendedores de carne ante la ocupación temporal que realizó la Superintendencia Nacional de Precios Justos a las carnicerías en Caracas, para supervisar la venta del precio de la carne en los pocos establecimientos que cuentan con inventario, situación que para los comerciantes se convierte en una preocupación a la hora de expender el alimento a precios regulados.

Un comerciante de Quinta Crespo afirmó que desde el miércoles pasado el organismo tomó varias carnicerías del área metropolitana, después de que los comercios compraron el kilo de carne al precio asignado de 30.800 bolívares.

María Barroso, empleada de una carnicería de la avenida Panteón, dijo que desde el jueves de la semana pasada el local fue ocupado temporalmente. “Nos asignaron un fiscal, nos pidieron la documentación, facturas de compra y nos dijeron: ‘Tienen que vender la carne regulada, impriman los carteles y que la gente haga su cola para comprar”.

Manifestó que fue una arbitrariedad obligar al comercio a vender al detal, porque se trata de una comercializadora. “Nos dijeron que tenemos que acatar sus medidas y ¿qué más podemos hacer? Seguimos trabajando porque creemos en Venezuela, reses que nos llegan, reses que vendemos al detal”.

Barroso afirmó que la regulación no funciona “Compramos la carne en canal en 30.000 bolívares y tenemos que sumarle los gastos de transporte que cobran 11.000.000 de bolívares y después que pagas corres el riesgo de que a mitad de camino la mercancía se pierda y no recuperas tu dinero”.

El comerciante de Quinta Crespo indicó que si los proveedores de carne les venden el kilo del animal entre  30.800 bolívares y 31.300 bolívares, el corte de primera debería ofrecerse en los refrigeradores a 62.000 bolívares, el de segunda en 58.000 bolívares y el kilo de costilla podría venderse al mismo precio del canal, como hacían anteriormente.

La superintendencia estableció el precio de la carne de primera en 49.000 bolívares, la de segunda en 47.000 bolívares y de tercera en 38.000 bolívares. Los cortes de solomo y punta trasera, en 75.000 bolívares y el kilo de lomito, en 80.000 bolívares.

“Una res que te pesa 300 kilos trae 2 lomitos (6 kilos), 2 solomos (16 kilos) y 2 puntas (3 kilos), ¿cómo saco el dinero para comprar otra res si lo que tengo para defenderme son entre 19 y 20 kilos? El resto de la carne tengo que venderlo a pérdida”, explicó el comerciante.

Señaló que es necesario la sinceración del precio del producto y tomar en cuenta que al deshuesar una res de 300 kilos se tiene una pérdida de 15%; al limpiarla se pierde otro 15% y al venderla detallada ocurre otra  pérdida de 15%. Los clientes exigen que los cortes estén limpios al pesarlas.

“Aparte, un paquete de bandejas salía anteriormente a 70.000 bolívares, ya vale 400.000 bolívares y hay que comprarlos porque la gente no se va a llevar la carne en la mano”, dijo.

En Quinta Crespo las carnicerías no están vendiendo carne de res y para sustituirla comercializan carne de cerdo en las presentaciones de chorizo (66.000 bolívares), chuleta (104.000 bolívares), chuleta ahumada (114.000 bolívares) y el kilo de pernil (94.000 bolívares).

Una vendedora de un supermercado de Altamira indicó que no venden carne desde hace dos semanas, fecha en la que la superintendencia inició la supervisión a los comercios, escasez que también se manifiesta en automercados de La Florida y Chacaíto.


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