A la mayoría de las venezolanas no les faltaba su visita semanal a la peluquería, algunas iban incluso más de dos veces a la semana. «Yo solía venir cuatro veces al mes y hoy es la primera vez que vengo en dos meses», dijo una clienta cuando le secaban el cabello en una peluquería en Chacaíto. «Las uñas de las manos todavía me las hago aquí, pero cada quince días». Mientras le lavaban el cabello, otra usuaria contó que antes se hacía de todo: lavado, secado, tinte, corte, manicura y pedicura. «Ahora solo me hago el tinte cuando me crecen mucho las raíces, las manos me las arreglo en casa», añadió. Eso ahora lo aplican muchas clientas, deciden hacerse solo los tratamientos especializados en centros estéticos. «A la peluquería solo vengo a aplicarme la cirugía capilar. Yo acudía todas las semanas, pero la última vez que vine fue el 30 de diciembre», dijo otra clienta. La disminución de las visitas las sufren las peluqueras. «Nosotras ganamos por porcentaje y lo que ganamos no alcanza», indicó la empleada de un salón en Los Cortijos. La encargada aseguró que su clientela se ha reducido 60%. «Los viernes al mediodía siempre estábamos full, ahora está vacío». En otro salón de belleza en Montalbán su dueña afirmó que las clientas han disminuido 50%. «Todavía se hacen tinte, baños de crema, lavado, corte y secado, pero las manos se hacen muy poco. Tenemos un poquito más de actividad los viernes y sábados», expresó. En previsión a la falta de agua, tienen un recipiente de aproximadamente 20 litros para lavar el cabello. En Las Mercedes, la encargada de una peluquería aseguró que las ventas apenas han descendido porque atiende sobre todo a extranjeras. Lo que sí les ha afectado es la escasez de productos de belleza. Dependiendo de la zona los precios para el lavado varían de 250 a 400 bolívares, los cortes van desde 600 a 2.500 bolívares y el secado está entre 500 y 2.500 bolívares. En enero una usuaria podía lavarse el cabello desde 150 hasta 200 bolívares, cortárselo entre 350 y 990 bolívares y secárselo entre 300 y 800 bolívares. Ahora gasta hasta 4.400 bolívares, en enero eran 1.940 bolívares, lo que representa un alza de 126,8%. Entre los factores del aumento figuran el costo de los productos, secadores y planchas para el cabello, así como el pago que reciben las peluqueras por sus servicios. «Para conseguir los productos tenemos que caminar para encontrar lo más barato, pero como todo en este país tiene un precio hoy y otro mañana», expresó la encargada de una peluquería en Los Cortijos. «Cuando vas a comprar el material lo encuentras al doble y tienes que subir los precios, si aumentas pierdes clientes y si no tienes materiales no trabajas. Es un círculo vicioso. Ahora ganamos menos y nuestra calidad de vida ha desmejorado», dijo una especialista en depilación en Los Cortijos. «Nuestro trabajo peligra porque no es algo de primera necesidad, sino un lujo», añadió.


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