“Basta con que Nicolás Maduro hable para que todo aumente”, dijo Joan Monsalve, único cliente de una carnicería en el mercado municipal de Chacao, el martes al mediodía. Una opinión que la mayoría de los consumidores comparte. Y es que a un día de que entrara en vigencia el salario mínimo de 18.000 bolívares, que el gobernante anunció el lunes, los precios se dispararon. Hasta ayer el nuevo sueldo alcanzaba para comprar un cartón de huevos, que costaba 8.000 bolívares, y un pollo entero, de 2 kilos, que valía 9.200 bolívares.

Hace exactamente una semana con 7.200 bolívares un consumidor podía comprar los mismos 2 productos en el mercado de Chacao: los 30 huevos costaban 3.600 bolívares y el pollo entero tenía un precio aproximado de 3.600 bolívares. El kilo salía en 1.800 soberanos.

“¿El kilo de carne molida?”, le preguntó Monsalve al carnicero, quien le respondió: 7.500 bolívares. El miércoles de la semana pasada el rubro tenía un precio de 4.700 bolívares en ese mismo establecimiento, lo que representa un incremento de 59,5% en 7 días. “Dame un kilito”, le dijo el único cliente del expendio al trabajador.

Mientras esperaba que le entregaran la carne, dijo que el incremento salarial es lo mismo que el gobierno de Maduro ha hecho todo el tiempo y es una de las causas que llevaron a Venezuela al desastre. “Seis meses más con este hombre (Maduro) y vamos a terminar comiéndonos entre nosotros. Esto no lo va a aguantar nadie. Es rudo, muy fuerte”, afirmó Monsalve.

Desde diciembre el kilo de carne de res ha aumentado 343,7%, ya que en ese entonces se conseguía en 1.690 bolívares. En enero de 2018 se podía adquirir con lo equivalente a 3,7 bolívares; es decir, 370.000 bolívares del cono monetario anterior. Esto significa que en un año su precio varió 202.602,7%. El cartón de 30 huevos subió 249.900%, pues en enero del año pasado estaba en 3,2 o 320.000 bolívares.

Economistas han alertado en reiteras oportunidades que decretar incrementos salariales agudiza los estragos de la hiperinflación debido a que el gobierno no tiene cómo financiarlo sino mediante la emisión de dinero sin respaldo a través del Banco Central de Venezuela.

En Quinta Crespo el salario mínimo también se evapora en un par de compras. En un frigorífico en el mercado municipal el kilo de pollo lo comercializaban ayer en 4.500 bolívares, por lo que adquirirlo entero salía un poco más de 9.000 bolívares, dependiendo del peso. En diciembre podía llevarse en 800 bolívares, lo que indica que en un mes subió 462,5%.

La vendedora informó que la Integral de Mercados y Almacenes los autorizó a venderlo a precio de mercado por ahora y mientras no lo muestren en la nevera. Dijo que la gallina es prácticamente lo único que ha podido vender desde que el gobierno reguló el precio del pollo. Tampoco ha expendido muslo ni pechuga.

“El martes fui a un supermercado y el kilo de pollo costaba 5.000 bolívares. El aumento salarial no es la solución, el problema es que Venezuela está totalmente detenida, colapsada. Un país que no produce no va para adelante. Yo trabajo en el Ministerio de Industria y tenemos 200 fábricas que no producen nada, solamente mantienen nóminas”, añadió la trabajadora.

“Buenos días, disculpe, ¿en cuánto tiene el pollo entero?”, preguntó José Guerrero. “4.500 bolívares”, le contestó la vendedora. Con un “gracias” el consumidor se dio media vuelta y se fue. “Ni siquiera he cobrado el salario mínimo y ya está mermado, ya se convirtió en polvo cósmico. La única forma de resolver esta crisis económica, social, política y de educación es salir del régimen en su totalidad e igualmente de las escorias que hay en la oposición”, consideró el consumidor.

Los efectos de un nuevo incremento salarial, esta vez de 300%, se reflejaron claramente en el mercado de Quinta Crespo. Los pasillos de las carnicerías estaban prácticamente desolados de consumidores. Los carniceros, ociosos por la falta de trabajo, se distraían con sus celulares. Las neveras estaban vacías de carne de res y solamente ofrecían de cochino.

El expendedor de huevos de gallina sigue sufriendo las consecuencias del control de precios. No ha podido venderlos desde que el gobierno publicó el 22 de agosto, en la Gaceta Oficial 6397, la lista de los 25 productos alimenticios regulados. Desde entonces solo ha expendido huevos de codorniz.

“No se puede vender huevos porque estamos obligados a venderlos a precio regulado. Si vendemos a precio de mercado nos cierran el negocio. Es preferible no vender”, afirmó. Añadió que recientemente le ofrecieron una caja, de 12 cartones, en 75.000 bolívares. “Está rudo mantenerse con huevos de codorniz. Y el aumento de Maduro no sirve para nada, es un cuchillo en la garganta”.

Entretanto, bachaqueros en las inmediaciones del mercado de Quinta Crespo ofrecían el cartón hasta en 6.600 bolívares. “Por el incremento que anunció Maduro estamos enardecidos y molestos porque eso eleva los precios de la comida”, expresó Esther González en pleno mercado. La mujer, que gana sueldo mínimo, está convencida de que ahora comprará menos alimentos.


La Cifra
343,7%
  Es el incremento que registró el kilo de carne de res en un mes. En diciembre del año pasado se conseguía en 1.690 bolívares. Ahora cuesta 7.500 bolívares


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