La Confederación de Trabajadores de Venezuela dio la pelea en la clandestinidad durante la dictadura de Marcos Pérez Jiménez y tuvo un papel de primer orden en su derrocamiento el 23 de enero de 1958. En 2002, condujo el movimiento democrático contra el autoritarismo y el militarismo del gobierno de Hugo Chávez Frías, sin embargo, en la actual lucha de los venezolanos en las calles no se observa la presencia del sindicalismo opositor, incluyendo la CTV.

Así lo señala Dick Guanique, secretario ejecutivo de la central obrera y coordinador del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, Fadess, quien explica las causas de esa inacción con una posición crítica.

“Hay que admitir que el movimiento sindical organizado está ausente de la conducción de las marchas en la lucha actual de los venezolanos exigiendo la restitución del orden constitucional”, expresa el sindicalista.

Considera que este es el momento en que las organizaciones de los trabajadores retomen su papel histórico y participen activamente en la intensa jornada de protestas populares que se lleva a cabo desde el 1º de abril pasado. A su juicio, el problema principal del movimiento sindical independiente es que está atomizado, desarticulado y dividido producto de la estrategia del chavismo de acabar con los sindicatos para imponer un estado corporativo con organizaciones obreras sumisas como en la Alemania nazi, la Italia fascista y las comunistas Unión Soviética y Cuba.

Guanique, militante de Bandera Roja entre 1963 y 2012, inició su carrera sindical en 1978 a los 22 años cuando laboraba en el sector gráfico y se sumó a la huelga solidaria con los trabajadores textileros. También estuvo en la guerrilla y preso entre 1983 y 1985 en el Cuartel San Carlos.

– Excepto el 1º de Mayo, llama la atención que no haya pancartas de las organizaciones sindicales en las marchas por la democracia.

– El movimiento sindical y concretamente la CTV perdió su capacidad de movilización por el acoso del gobierno, a través del Ministerio del Trabajo, contra los sindicatos no chavistas desconociendo sus autoridades, impidiendo las elecciones internas y la discusión de los contratos colectivos y persiguiendo a los dirigentes. El presidente Hugo Chávez aseguró en su programa de televisión que enterraría a la CTV.

– ¿Eso significa que Chávez logró la estrategia de acabar con el sindicalismo incómodo?

– La política oficialista de crear sindicatos paralelos bolivarianos para anular a los tradicionales logró primero dividir, luego dispersar y atomizar el movimiento sindical autónomo. Aunque la CTV y las otras centrales no desaparecieron, hoy están disminuidas con una limitada capacidad de respuesta y acción lo que se agrava con las facciones e individualismos dentro de las mismas organizaciones.

– ¿Cuándo empezó esa situación?

– Después del paro petrolero de 2002. Antes, las fuerzas democráticas ganaron las elecciones sindicales en la CTV con Nicolás Maduro y Aristóbulo Istúriz como candidatos del gobierno y la credibilidad de la Confederación en la sociedad civil era elevada, al punto de que encabezó las movilizaciones de calle ante la ausencia de los partidos políticos dando la lucha contra el gobierno militarista, autoritario y despótico de Chávez. Sin embargo, con la prolongación del paro nacional sufrió una derrota que el oficialismo supo aprovechar.

– ¿Esto ocasionó el inmovilismo actual del movimiento sindical?

– Debemos admitir que el sindicalismo organizado ha estado ausente en la conducción actual de las marchas y protestas de la sociedad civil exigiendo la restitución del hilo constitucional. La participación de los trabajadores en este proceso es individual. Algunos líderes están presentes como ciudadanos en las movilizaciones no así las organizaciones obreras que deberían estar encabezando esas luchas.

– ¿Se puede superar la falta de unidad sindical?

– No es fácil recuperarse después del sistemático proceso de exterminio de las organizaciones por parte del gobierno que quiere imponer un sistema corporativo en las relaciones laborales como el de la Alemania nazi, la Italia fascista y la Unión Soviética y Cuba comunistas en el que los sindicatos están de adorno o simplemente no existen. La Unión de Acción Sindical y Gremial, creada a finales de 2015, es un inicio para recuperar espacios pero su dirigencia debe deponer las posiciones individuales y los protagonismos para defender eficazmente los intereses laborales y los derechos democráticos de los trabajadores.

– Y ante la situación política del país ¿cómo se soluciona la crisis?

– Estamos ante un régimen que quiere perpetuarse en el poder y no le importan los derechos humanos y democráticos, que el pueblo esté pasando hambre y no tenga medicinas. Es necesario un gobierno de unidad nacional que organice una transición con la tarea fundamental de realizar las elecciones, además de implementar la ayuda humanitaria y un programa de emergencia que siente las bases para un cambio democrático como lo reclaman los trabajadores y el pueblo.


Los juicios militares son un exabrupto

Guanique rechazó que los manifestantes de la actual jornada nacional de protestas sean juzgados por tribunales militares. “El procesamiento militar contra civiles es un exabrupto que demuestra aún más el talante autoritario, militarista y antidemocrático del gobierno de Nicolás Maduro”, sostuvo el directivo de la CTV y el Fadess.

“Yo fui guerrillero que se alzó en armas contra la República y por eso fui juzgado en un tribunal militar y estuve 2 años preso en el Cuartel San Carlos. Los detenidos en las marchas, esos muchachos, no están levantados en armas y solo se defienden de la represión brutal, fascista y desproporcionada de la Guardia Nacional Bolivariana y la policía en las protestas pacíficas”, aseveró Guanique.

El sindicalista insistió que “la lucha de hoy no se hace con fusiles como ocurrió en la guerrilla, pues se trata de una rebelión popular cuya única arma es la Constitución que el gobierno incumple con el desconocimiento del poder legislativo electo por el voto directo, secreto y universal del pueblo venezolano,  y por la convocatoria de la Asamblea Nacional Constituyente”.

Agregó que el epicentro de la lucha de 2002 fue Caracas pero en la actualidad la movilización es en todo el país. “La gente quiere que termine tanta injusticia, como la de que el 10% de la población coma de la basura”, expresó.


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