El deseo de migrar debido a la crisis del país también se apoderó de los trabajadores del sistema bancario nacional: 4.755 renunciaron a sus puestos desde 2017 hasta marzo pasado. “La mayoría lo ha hecho con la intención de irse de Venezuela para buscar en el exterior un mejor futuro”, afirmó Claudio Rivas, secretario general de la Federación Nacional de Trabajadores Bancarios.

Señaló que la capacidad empleadora del sector había bajado los últimos años con la recesión económica, que llevó a los patronos a cerrar o redimensionar las agencias. Sin embargo, la reducción de la nómina en estos momentos se debe a la renuncia de los trabajadores desmotivados por los bajos salarios y la pérdida de beneficios, como los créditos con facilidades para la adquisición de una vivienda o de un vehículo.

El representante de Fetrabanca añadió que el número de dimisiones desde 2017 hasta marzo pasado representa 7% del total de los trabajadores del sector, pero lo más alarmante es que el éxodo y el deseo del personal de  retirarse es cada vez más acentuado.

“Renuncié para irme a Argentina porque el sueldo no me alcanzaba. Ya con dos hijos era muy difícil para mí y mi esposa vivir donde los suegros en un apartamento”, contó un subgerente de una oficina de un banco privado que pidió no mencionar su nombre.

Otra cajera de una entidad del gobierno dijo que está preparando sus papeles para irse con su pareja a Perú y que pronto renunciará. “Los reales no alcanzan ni para comida y se nos hace muy difícil pagar 3 millones y 6 millones de bolívares por una vivienda, incluso una habitación en una zona popular”.

Rivas destacó que la pérdida progresiva de los beneficios socioeconómicos de los contratos colectivos ha impulsado el éxodo en el sector bancario, donde la lucha es por sobrevivir a la agobiante hiperinflación que evapora los ingresos de la gente.

“No existen beneficios de las actuales convenciones colectivas, como las remuneraciones, el sistema prestacional de salud, previsión y seguridad social, vivienda y hábitat, que no esté atrapado por la inflación”, apuntó.

El sindicalista refirió que ante esta realidad, las organizaciones sindicales tienen que ingeniárselas para detener el deterioro del ingreso mediante la negociación con los patronos de mejoras tangibles que puedan ayudar a sus afiliados a paliar la difícil situación.

El dirigente destacó que el incremento de las renuncias de trabajadores ha encendido las alarmas en las gerencias y vicepresidencias de Talento Humano de la banca ante las consecuencias adversas que produce esta fuga de personal técnico y profesional calificado.

Agregó que la reducción del personal se evidencia en un apreciable número de taquillas vacías en las entidades bancarias, lo cual afecta la prestación del servicio.

Rivas afirmó que la banca privada hace esfuerzos para retener el recurso humano que desea emigrar, pero “no es menos cierto que la política económica del gobierno no ayuda. Las desacertadas decisiones oficiales en este campo han ejercido un impacto muy negativo para los trabajadores como un factor activo de desmotivación”.

A su juicio, la hiperinflación desmejora constantemente las condiciones de vida de los sectores laborales y es un detonante para estimular a la fuerza laboral en la búsqueda de mejores condiciones de vida en el exterior.

Por ello, insistió en que el gobierno debe adoptar iniciativas, medidas y acciones dirigidas a atacar el problema de fondo (la hiperinflación) con otras políticas económicas a corto plazo que pueden ayudar a los trabajadores a recuperar su otrora saludable poder adquisitivo.

El Dato

Aunque el gobierno ha tratado de ocultar la situación, en el Banco Central de Venezuela también ha habido numerosas renuncias de su personal calificado, incluso gerentes y directores de área, por la eliminación de beneficios laborales y la persecución política, informaron empleados del BCV que solicitaron guardar sus nombres en reserva.


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