La temporada navideña no se acercó al bullicio ni a la muchedumbre de antaño, cuando consumidores abarrotaban calles y centros comerciales. María Carolina Uzcátegui, presidente de Consecomercio, afirmó que diciembre fue terriblemente triste, principalmente por la fuerte caída del poder adquisitivo de los venezolanos. Los comerciantes aseguraron que por esa razón las ventas cayeron 80% en Navidad.

“Esta temporada fue muy atípica a lo que acostumbrábamos a tener en Venezuela. En años anteriores, el 24 de diciembre era imposible transitar las calles y el centro de cualquier ciudad del país. Este año estaba despejado, la gente no salió a comprar”, dijo Uzcátegui.

“Antes de ponerse unos zapatos nuevos para estrenarlos el 31 de diciembre, la gente prefirió comprar comida. Las ventas estuvieron fatales y prácticamente no tuvimos mercancía. Con lo que vendíamos no podíamos reponer el inventario, los precios aumentaban todos los días”, indicó el encargado de una zapatería en el bulevar de Sabana Grande.

Este año lo ve triste y peor. De hecho, el 15 de enero van a cerrar el negocio y se irán de vacaciones colectivas para tratar de reponer un poco de mercancía. “Si no se puede, habrá que reinventarse”, expresó. Solo queda uno de los ocho trabajadores que había el año pasado. “Los empleados se fueron porque veían que no había ventas”.

En otro comercio en el bulevar un trabajador y el encargado coincidieron en que las ventas descendieron 80%. Para ilustrarlo, el empleado contó  que hace 5 años un vendedor normalmente expendía 1.000 piezas en diciembre. El mes pasado apenas llegó a 200.

La encargada de otra tienda también señaló que las ventas se desplomaron 80%. “No se vendió lo que se esperaba. Hasta salíamos temprano, cuando hace unos años nos teníamos que quedar durmiendo para sacar mercancía y surtir la tienda”, recordó.

Dentro del negocio estaba María Hernández, consumidora que observaba unas prendas que colgaban de un perchero. No pudo comprar lo que quería ni los platos básicos para la mesa navideña: “la Navidad pasada fue triste, deprimente y fatal”.

Pese a que normalmente en años pasados las ventas empezaban a caer a partir del 26 de diciembre, en 2018 después del 22 las ventas registraron un descenso de más de 50%, según el encargado de un comercio ubicado en la parroquia El Recreo. Indicó que si el 21 vendieron 200 pares de zapatos, el 23 fueron 80. “Por la inflación tan alta que tiene este país, la gente previno y compró adelantado desde noviembre”, dijo.

El martes y el miércoles al mediodía eran pocos los ciudadanos y los vehículos que transitaban por las calles caraqueñas. Comercios cerrados se observaban en Sabana Grande, Chacao y Los Ruices. Farmacias, abastos, panaderías, zapaterías, librerías y ventas de repuestos son algunos de los establecimientos que aún ayer mantenían las santamarías abajo.

“El año empezó con una moneda más devaluada y débil, y con una situación económica más compleja, por eso el comercio amanece con los anaqueles más vacíos que nunca y con consumidores con una capacidad de compra prácticamente desaparecida”, añadió Uzcátegui.


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