A pesar de que el gobierno logró recuperar el control del escenario político luego de las elecciones regionales del 15 de octubre, la semana que viene tendrá que prepararse para el pago de los bonos de deuda que ya están por vencer y no tiene cómo cancelar.

La tradicional costumbre por parte del gobierno de restringir la importación de alimentos y medicinas para no quedarse sin dinero y así poder honrar los compromisos en el exterior ya no funciona. El Estado debe reunir 2.275 millones de dólares entre el 27 de octubre y el 2 de noviembre de este año  y para el 2018 la suma asciende a 22.500, reseñó el portal Infobae

De acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el producto intero bruto (PIB) de Venezuela cerrará en 2017 con una caída de 12% y para el 2018 decrecerá otro 6% más, lo que acumula un derrumbe de 46,6% en cuatro años. Sin embargo, la inflación sigue imparable y puede llegar a 652% para fines de 2017.

No obstante, el gobierno tiene una esperanza alternativa y está puesta en sus dos grandes aliados comerciales, China y Rusia, dos de sus principales acreedores que están dispuestos a financiar la deuda de la nación con tal de mantener su influencia en Venezuela. Sin embargo, esto no parece ser suficiente para conseguir los recursos necesarios y honrar los compromisos en el extranjero. Situación que agrava la crisis económica del país.

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