Ciudadanos venezolanos han dejado de asistir a sus puestos de trabajo debido a que el poco sueldo que reciben no les alcanza para cubrir los costos de sus necesidades básicas.

Las empresas privadas no tienen la mano de obra necesaria para cubrir la jornada laboral, situación que agrava el estancamiento en las pocas líneas de ensamblaje que siguen funcionando, reseñó El Clarín.

El economista Douglas Barrios señaló que el salario mínimo en 2012 se situaba en 300 dólares, monto que era suficiente para pagar la vivienda y alimentar a una familia.

Sin embargo, actualmente, los venezolanos deben trabajar dos semanas para poder pagar cerca de un kilo de leche en polvo.

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