La economía venezolana se empequeñece a un ritmo frenético, mientras Nicolás Maduro se atrinchera en Miraflores para contener la ofensiva del movimiento liderado por el presidente de la Asamblea Nacional y encargado de Venezuela, Juan Guaidó, aseguran analistas.

Desde el 10 de enero, cuando Maduro se juramentó como presidente para el período 2019-2025 ante el Tribunal Supremo de Justicia, basándose en el proceso electoral que fue rechazado por el país y la comunidad internacional, se ha exacerbado la crisis económica debido a la continuación de las políticas de controles, regulaciones, restricciones y emisiones monetarias inorgánicas, señalaron los economistas Luis Oliveros y Sary Levy.

Los expertos evalúan el primer trimestre de 2019 como el más negativo en la historia del país, debido a las medidas económicas adoptadas, a la caída de la producción petrolera –732.000 barriles por día en marzo, de acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo–, y la crisis de servicios públicos, agravada por los apagones registrados desde el jueves 7 de marzo.

Indicaron que el índice inflacionario del primer trimestre, ubicado en 429,3%, según datos de la Asamblea Nacional, fue producto del encaje legal y de la contracción económica debido a las fallas servicios básicos. “Los apagones de marzo se llevaron más de 3% del Producto Interno Bruto”, indicó Oliveros.

Maduro designó al ingeniero Igor Gavidia como nuevo ministro de Energía Eléctrica, en medio de la crisis que sufrió el sector.

Levy señaló que el Ejecutivo necesita hacer un diagnóstico adecuado en el sector para llevar a cabo las transformaciones que se requieran, en vista de que años acumulados de falta de mantenimiento implican una inversión importante.

“En marzo la tragedia acumulada del problema eléctrico tuvo un estallido que afectó la economía porque prácticamente no se trabajó, entonces debemos quitarle un doceavo a la producción del año en un período en el cual hemos tenido un régimen usurpando la dinámica económica”, afirmó.

La condición de vida del ciudadano también ha desmejorado y la emergencia humanitaria compleja se ha profundizado con una canasta básica familiar que ascendió en marzo a 2.491.159,29 bolívares soberanos, agregó.

Los economistas vislumbran un empeoramiento en el sector económico en los próximos meses ante la falta de políticas antiinflacionarias consistentes y debido a la presión internacional, las sanciones, los litigios contra la estatal Petróleos de Venezuela S. A., la caída de la producción petrolera y la deuda externa.

“Es la economía peor gerenciada de todo el mundo, y lo seguirá siendo por muchos trimestres más a menos que haya un cambio en lo político porque Maduro no podrá cambiar el panorama ni a corto, mediano o largo plazo”, sentenció Oliveros.

Maduro se defiende y resiste

En 2018 Nicolás Maduro estaba en ofensiva autoritaria y dictatorial con el objetivo de excluir a los partidos de la Mesa de la Unidad Democrática, mediante la ilegalización, para montar un simulacro electoral con miras a aferrarse al poder, explicó el politólogo Luis Salamanca. Pero la situación dista mucho a la del primer trimestre del año, cuando, a juicio del analista, el gobernante “lo que ha hecho es defenderse, resistir, atrincherarse en Miraflores y aguantar la ofensiva de Guaidó y la presión internacional”.

En medio de la reacción chavista, el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional aprehendió el 21 de marzo al jefe de Despacho del presidente encargado, Roberto Marrero, la Contraloría General de la República resolvió el 28 de marzo inhabilitar a Guaidó para ejercer funciones públicas por un período de 15 años y la asamblea nacional constituyente aprobó el 2 de abril un decreto para allanar su inmunidad parlamentaria por orden del TSJ, para que el Ministerio Público iniciara un proceso de investigación en su contra.

“Maduro no tiene pueblo, por eso hace este tipo de cosas, por eso se atrinchera en Miraflores protegido por el Alto Mando Militar, que es lo que lo sigue manteniendo en el poder. Tiene apoyo militar, pero sin apoyo popular no tiene legitimidad de masas”, explicó.

En su opinión, el grado de gobernabilidad de Maduro es cero por lo que la población, que está “como un barco a la deriva”, sobrevive gracias al desarrollo que alcanzó durante el siglo XX, en medio de la democracia y de regímenes que ayudaron a edificar un país moderno.

“Este ciclo tiene características distintas a la de años anteriores, porque se ha configurado una situación que antes no se había plantado que es la usurpación del cargo presidencial”, subrayó.

Advirtió que ante esta situación parece que el gobernante solo administra la espera: “Vengan por mí y traten de sacarme de aquí, a ver si pueden; ese es el planteamiento de fondo de Maduro”.


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