El incremento de precios de los productos de charcutería ha llevado a los consumidores a comprar cantidades reducidas o solo las que consideran necesarias para determinada comida u ocasión. 
“La gente sigue comprando pero en cantidades diferentes. Compran por gramos porque su poder adquisitivo no les da para más”, dijo el vendedor de una charcutería en La Carlota. 
El kilogramo de queso duro tipo paisa cuesta 1.500.000 de bolívares en este negocio, y en un supermercado de la misma zona se consigue en 1.372.910 bolívares; el precio promedio es 1.436.455 bolívares. En febrero se podía comprar en 475.000 bolívares, lo que representa un alza de 202,31%. 
En estos dos comercios el precio promedio del queso duro para rallar es 1.290.000 bolívares. A inicios de febrero estaba en 414.290 bolívares: un incremento de 211,37%. 
El queso amarillo tiene un precio promedio de 2.200.000 bolívares, pero hace dos meses se podía adquirir en 775.000 bolívares;  es decir un aumento de  183,87% en dos meses. 
El queso parmesano, utilizado como acompañante de pastas, subió 177,86% en este período. Hoy está en 2.611.975 bolívares y para principios de febrero se encontraba en 940.000 bolívares. 
“Antes uno podía darse el lujo de comprar jamón, queso blanco y amarillo; hoy uno tiene que priorizar, compras una cosa u otra, si compras jamón no compras queso y viceversa. Yo por lo menos a veces compro para hacer unos sándwiches las cuatro rebanadas de jamón y queso amarillo que voy a necesitar, nada más”, expresó una consumidora que se encontraba en el supermercado. 
El kilogramo de jamón de pierna cuesta 1.523.000 bolívares, cuando en febrero pasado estaba en 754.000 bolívares, un repunte de 101,98%. Un venezolano con un salario mínimo, fijado en 392.646 bolívares, requiere casi 4 salarios para poder adquirir un kilo de este alimento. 
Igual situación ocurre con el jamón de pavo, que presentó un alza de 107,45% en dos meses: pasó de 811.000 bolívares a 1.682.500 bolívares, por lo que sería necesario devengar 4 salarios mínimo para comprarlo. 
Aumentos semanales.El salchichón y el chorizo mostraron un incremento de 154,99%; en febrero se vendían en 912.000 bolívares. Hoy cuesta en promedio 2.325.577 bolívares, lo que equivale a 6 salarios mínimo. La mortadela, conocida como uno de los embutidos más económicos, se vende en 798.635 bolívares, lo que demanda dos salarios mínimo. 
“Las ventas han estado tristes y abandonadas. La gente ya no tiene para comprar lo que cuesta el kilogramo completo de queso o de jamón con lo que ganan”, destacó una vendedora de un supermercado en La Carlota. 
En cuanto a la distribución de mercancía, los comerciantes coinciden en que los precios a los que les despachan siempre presentan una variación. 
“Nos distribuyen semanalmente, pero con cada distribución los precios cambian y eso se refleja en los ofrecidos al cliente”, contó una vendedora en un supermercado. 
Agregó que la cantidad de proveedores que le despachan mercancía también se ha reducido.


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