El banco de inversión Goldman Sachs compró al Banco Central de Venezuela cerca de 2,8 millardos de dólares en bonos de PDVSA, por los que solo pagó 865 millones de dólares; es decir, que obtuvo un descuento de 69%, publicó The Wall Street Journal.

Cinco fuentes familiarizadas con la operación le aseguraron al periódico estadounidense que la semana pasada se concretó el pago por los bonos que la estatal había emitido en 2014.

Goldman Sachs no negoció la transacción con el gobierno, sino que compró los bonos a través de un corredor sin nombre, dijeron tres de las personas familiarizadas con la venta.

Aunque las fuentes que le declararon al WSJ afirmaron que Goldman Sachs está apostando a que un cambio en el gobierno podría más que duplicar el valor de la deuda, la transacción ha sido mal vista en el país por considerar que le da un respiro al Ejecutivo en un momento en el que tiene graves problemas de flujo de caja y han aumentado las protestas en las calles.

“Me preocupa y me indigna que Goldman Sachs haya decidido entrar en una transacción de compra de bonos de 2,8 millardos de dólares con el dictador de Venezuela, Nicolás Maduro, lo que le proporciona un salvavidas a este régimen autoritario que sistemáticamente viola los derechos humanos de los venezolanos”, dijo el diputado Julio Borges, presidente de la Asamblea Nacional en una carta enviada al CEO del banco, Lloyd Blankfein.

El diputado afirmó que los términos en los que se realizó la transacción son deplorables y aseguró que la intención del Ejecutivo es obtener recursos para asegurar la compra de armas y otros instrumentos para reprimir a las personas que han estado protestando en las calles desde hace 59 días.

Funcionarios del gabinete económico no han fijado posición sobre la operación. Sin embargo, fuentes vinculadas al caso afirmaron que el dinero que pagó Goldman Sachs será distribuido entre el BCV, el Bandes y Rusia para hacer importaciones públicas, inyectar dinero al nuevo Dicom y cumplir con pagos pendientes.

El destino. El economista y diputado Ángel Alvarado también afirmó que los términos de la transacción son extraños y criticó la existencia de un intermediario. “Si hay un intermediario lo más probable es que haya habido corrupción. Mañana en el Parlamento pediremos un debate para que se investigue a los intermediarios, al BCV y a Ricardo Sanguino. Vamos a luchar para que ese bono no sea transado en el mercado”, dijo.

El economista y profesor universitario Luis Oliveros aseguró que se trata de una operación legal, porque los bonos estaban en manos del BCV, pero coincidió en que debe averiguarse quién fue el intermediario en la transacción y por qué el descuento fue tan elevado. “Fue una operación legal, pero hay varios puntos que investigar porque la República sale perjudicada”.


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