El cierre de las estaciones de las líneas del Metro de Caracas, la suspensión del servicio en las rutas del metrobús y las limitaciones de la circulación de vehículos en los accesos viales desde las ciudades dormitorio hacia la capital han golpeado fuertemente la actividad productiva y comercial que registra un ausentismo laboral de 50%, advirtieron fuentes del sector privado.

“Para los empleadores es evidente que a los trabajadores se les dificulta llegar al sitio de labor porque el Metro está cerrado y las vías de acceso a Caracas están bloqueadas por las autoridades policiales y la Guardia Nacional Bolivariana”, destacó una de las fuentes.

Agregó que las estaciones del Metro objetos de cierre suelen abarcar desde Caño Amarillo hasta Petare o Las Adjuntas, Los Teques y La Rinconada, que justamente están en las zonas populares donde viven muchos trabajadores que diariamente recurren a ese servicio de transporte masivo.

Otra fuente indicó que para los trabajadores no es una opción trasladarse por el transporte público superficial a través de las camionetas de las líneas privadas de choferes, pues al faltar el Metro esas unidades están llenas.

“Los taxis y mototaxis pueden hacerte llegar al trabajo un día, pero no cada vez que las autoridades ordenan la suspensión del servicio del Metro de Caracas, pues ese gasto representa un fuerte golpe al bolsillo cuando los salarios son bajos”, dijo.

Indicó que los trabajadores recorren a pie largas distancias a través de la ciudad ante la imposibilidad de tomar la camioneta, por lo que llegan tarde al centro de trabajo, agotados y estresados, lo cual también representa un menor rendimiento laboral.

“Llegar al trabajo en la capital desde las ciudades dormitorio como San Antonio de Los Altos, Los Teques, Charallave, Guarenas o Guatire en las camioneticas y autobuses se vuelve igualmente difícil debido a las medidas de cierre o la circulación restringida de las vías de acceso hacia Caracas por parte de las policías y la Guardia Nacional”, señaló uno de los informantes.

Destacó que los empleados con vehículo propio también son afectados por la situación de no llegar al trabajo, y si lo logran es con retraso, puesto que las rutas alternas igualmente se congestionan con la circulación de un mayor volumen de carros evadiendo las vías principales bloqueadas.

Las fuentes precisaron que el sector más afectado es el comercio y las pequeñas y medianas industrias que no cuentan con su propio servicio de transporte del personal. El representante de una empresa alertó que “por los cierres del Metro y de los accesos en las autopistas para evitar las movilizaciones pacíficas de la población, el ausentismo laboral se traduce en cientos de horas/hombre que se han dejado de trabajar durante las últimas semanas”.

“Estamos hablando de 8 horas en un día en el caso de la ausencia total del lugar de trabajo y de entre 1 a 4 horas si la falta es parcial, lo que perjudica aún más la productividad de las empresas ya impactadas por la recesión económica en el país desde 2014”, afirmó.

Sin esperanzas de empleo

La crisis económica del país ha repercutido en la contracción del mercado laboral que se traduce en una baja oferta de los empleos de los sectores  productivos, lo cual ha ocasionado que 500.000 personas desistan de buscar trabajo a la espera de que mejoren las condiciones económicas en Venezuela, manifestó José Antonio García, coordinador de la Unión Nacional de Trabajadores.

El sindicalista explicó que, según el baremo de la Unete, elaborado mediante la metodología de comparar y extrapolar las cifras del Instituto Nacional de Estadística, con la información obtenida en los centros de trabajo del país, “estos venezolanos han solicitado empleo varias veces en el sector formal de la economía, especialmente el privado, pero sin éxito”.

Agregó que ante la imposibilidad de conseguir el puesto de trabajo, difieren esa búsqueda para dedicarse, mientras tanto, a alguna actividad informal como la venta de chucherías en el Metro o de ayudantes eventuales en el sector de los servicios.

García destacó que esa población flotante de trabajadores, muchos de ellos jóvenes, no es incluida en las cifras oficiales de desempleo, cuando la realidad es que “efectivamente esas personas están sin trabajo”.


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