El aumento del salario mínimo a 3.000.000 de bolívares y del bono de alimentación a 2.196.000 de bolívares, anunciado el miércoles por el presidente Nicolás Maduro, no detendrá el incremento de los precios y agravará la pérdida del poder adquisitivo de los venezolanos, aseguraron representantes sindicales y empresariales.

Juan Pablo Olalquiaga, presidente de Conindustria, indicó que cuatro aumentos de salarios en 2018 no han frenado la hiperinflación. “Si no se controla con políticas económicas adecuadas los incrementos son nada para recuperar el poder adquisitivo”.

Destacó que el gobierno genera la inflación con hechos como la elevación de la masa monetaria (8% en una semana) hecha por el Banco Central de Venezuela, acción que ejerce mucha presión sobre los precios. Explicó que el alza salarial incide negativamente en los costos de muchas empresas, lo que las llevará a cerrar o reducir operaciones, pero otras no son afectadas porque pagan por encima del decreto presidencial, con el fin de retener al personal ante la diáspora de profesionales venezolanos.

María Carolina Uzcátegui, presidente de Consecomercio, declaró que el presidente Maduro repite los errores de su política pese a su promesa electoral de que mejoraría la economía. Insistió en que los aumentos deben ir acompañados de estímulos a la producción en el sector público y privado. “Los controles, persecución y satanización de los comerciantes se profundizan y un ejemplo es la toma de los mercados municipales”, recalcó.

Marlene Sifontes, del Frente Autónomo de Defensa del Empleo, el Salario y el Sindicato, añadió que el gobierno fija el sueldo mínimo sin consultar a los empleadores ni a los sindicatos dentro del diálogo tripartito dispuesto por la Organización Internacional del Trabajo.

La sindicalista afirmó que el Ejecutivo incumple el artículo 91 de la Constitución, mediante el cual el Estado debe garantizar a los trabajadores del sector público y privado un salario mínimo vital con base en el costo de la canasta básica, que incluye alimentos, medicinas y servicios.

“Con una cesta alimentaria que pasó de 220 millones de bolívares en mayo, el aumento de Maduro no cubre las necesidades básicas del grupo familiar”, sostuvo Sifontes. Precisó que el sueldo diario de 66.666 bolívares no alcanza ni para comprar una canilla de pan.

El Observatorio Venezolano de la Conflictividad Social señaló que  los aumentos salariales son insuficientes para resolver los problemas de una “clase obrera golpeada por la crisis humanitaria”. Dijo que aunque los trabajadores exijan reivindicaciones laborales para atender sus requerimientos elementales, un alza del salario mínimo, sin una política económica en un contexto de hiperinflacionario, tiene un impacto negativo”.


Sal y agua

María Ribas

Ama de casa

“Con el nuevo aumento, el sueldo y el ticket alimentación que mi esposo y mi hijo llevan a la casa ya se los comió la inflación. De aquí al último de mes las cosas habrán aumentado mucho más: el gobierno no hace nada por bajar la inflación”, expresó en la cola en un supermercado. Agregó que pese a hacer “magia” para rendir el presupuesto familiar desde hace meses no consumen carne, y el pollo “se come una vez al mes”

Oswaldo Terán

Obrero

“En lugar de aumentar solo el salario mínimo y dar un ticket que no alcanza para comprar comida, el gobierno debe permitirle a la gente trabajar. Soy obrero de la construcción y desde el año pasado no hay obras, así que no tengo ningún ingreso”. Dijo que se dedica al rebusque en albañilería y que recibe la bolsa de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción, pero esa comida alcanza solo para una semana.


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