Después del gol que anotó Gerard Piqué contra Real Madrid en la segunda mitad del partido del sábado, Barcelona había perdido el apetito. No mordía. El trío ofensivo conformado por Lionel Messi, Luis Suárez y Neymar, no se asociaba. El gol no aparecía.Pero de alguna manera, Luis Enrique le devolvió ayer al conjunto catalán el deseo de comerse al rival. Y mordió. Se encomendó a dos acciones colectivas rematadas por el mejor nueve del mundo en el momento, para lograr una sufrida victoria en el Camp Nou, 2-1, contra el Atlético de Madrid por los cuartos de final de la Liga de Campeones.Diego Simeone le presentó un acertijo interesante a Luis Enrique. Lo disfrazó de la misma manera en la que lo trabajó el sábado Zinedine Zidane, cuando Real Madrid anuló al Barsa desde el esfuerzo colectivo y la presión, para luego maltratarlo de contragolpe, cuando el cuadro culé se quedó sin piernas en la segunda mitad.El estratega argentino le puso dos líneas juntas a su rival en el Camp Nou, y obligó de nuevo a Messi a alejarse más de lo usual del área. Le quitó la pelota y lo mandó al exilio, a jugar con Sergi Busquets y Andrés Iniesta, lejos de la meta del gol 500 que se le hace esquiva.Con el rosarino lejos de su zona de influencia, Iván Rackitic participando poco del juego y Neymar y Suárez enfrascados en duelos individuales con los zagueros colchoneros, el partido se convirtió en un riesgo para los de casa.Cada vez que Antonie Griezman, Koke, Saúl y Fernando Torres salieron al contragolpe, tomaron descuidada a la zaga catalana. Un error de Gerard Piqué a los 25 minutos provocó el gol con el que ?El Niño? enmudeció al estadio azulgrana.Después, el propio Torres provocó que su equipo se quedara con diez al irse expulsado al arrollar torpemente a Neymar en una acción lejos de las dos áreas. Una falla tonta, que cambió la historia.Resurección Con uno menos, Simeone intentó desquiciar a su rival tocado en lo anímico. La desesperación del Barcelona crecía de forma directamente proporcional al paso de los minutos sin gol. Pero en el entretiempo, Luis Enrique recurrió a los argumentos que lo caracterizaron como jugador. Garra, entrega, lucha. No rendirse.El mensaje caló profundo. El cuadro catalán fue otro en la segunda mitad. El juego colectivo seguía siendo intrascendente, pero le sirvió para encerrar al rival contra su arco, y comenzaron a llegar los destellos individuales. Primero fue Messi, después Neymar dos veces, y al final, mordió Suárez.El uruguayo hizo el primer gol con una jugada trenzada a los 62 minutos del duelo, y desequilibró la balanza a los 76 con un cabezazo tremendo después de un centro de Dani Alves. «Nos marchamos con la sensación que podríamos haber hecho algún gol más pero lo importante es que hemos ganado», aseguró Suárez a las agencias de noticias en la zona mixta después del partido. La expulsión de Torres fue determinante. Fueron dos faltas rigurosas. Una lástima, habría sido lindo dar la vuelta al marcador once contra once».El resultado no es bueno para el Barcelona. Ganó, sí, pero su inestabilidad emocional preocupa. Sobre todo cuando el Atlético, con una diana en casa, puede dejarlos fuera de la Champions esta campaña. ?Allá el partido será similar. Tenemos que ir con la tranquilidad que a ellos sólo les vale ganar», remató el uruguayo. Vidal les dio vidaEl Bayern Munich se impuso en el Allianz Arena con marcador de 1-0 al Benfica portugués, para sacar ventaja en su llave eliminatoria de los cuartos de final de la Liga de Campeones de Europa. El chileno Arturo Vidal hizo el único gol del compromiso a los dos minutos de haberse iniciado el partido, que representó el gol 200 de un equipo de Josep Guardiola en la historia de la Champions. La vuelta se disputará en el estadio Da Luz de Lisboa.


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