El británico Simon Yates (Mitchelton), inscribió a su país en el libro de récords con su triunfo en la 73° edición de La Vuelta, que finalizó en Madrid, tras un trayecto de 100 kilómetros, que empezó en Alcorcón y terminó en Cibeles, con un esprint que ganó el italiano Elia Viviani (Quick Step).

En la última fiesta se colocó Viviani para firmar, tras una espectacular remontada, su tercera victoria en la presente edición, de nuevo por delante del triple campeón mundial eslovaco Peter Sagan (Bora) y del italiano Giacomo Nizzolo (Trek), con un tiempo de 2 horas, 21 segundos y 28 centésimas, para una media de 42,8 kms/hora.

El campeón Yates celebró en la plaza de Cibeles su primera Vuelta, lo que fue su estreno en un torneo grande. Y con hito histórico. Por primera vez en la historia Giro, Tour y Vuelta se lo adjudican en el mismo año tres corredores diferentes del mismo país.

Froome eligió la ‘maglia’ rosa, Geraint Thomas el amarillo de París y Yates el rojo de Madrid. Un círculo que, además, supone la quinta grande consecutiva para los británicos, dominadores del ciclismo mundial en grandes vueltas desde el estreno de Bradley Wiggins en el Tour 2012.

Yates, de 26 años de edad, ganó tres etapas en el Giro y vistió la ‘maglia’ rosa 13 días, pero perdió la carrera a tres del final por una monumental pájara en la cima Coppi en favor de Froome. Tras aprender de los fallos, el también seguidor del Manchester United y admirador de Mourihnho se sacó la espina con un triunfo merecido tras 21 etapas en las que sus mejores armas fueron la paciencia y el ataque como mejor defensa.

La Vuelta que coronó a Yates consagró como esperanza del ciclismo español a Enric Mas, la mejor noticia para el pelotón nacional en tiempos de incertidumbre tras la retirada de su maestro, Alberto Contador, y la espera de la explosión de Mikel Landa.

El ciclista mallorquín y residente en Andorra se subió al segundo escalón del podio, mientras que el colombiano Miguel Ángel «Supermán» López se aupó al tercero, idéntico puesto que en el Giro.

Los tres hombres del podio con responsabilidades de futuro a asumir. Yates como relevo de Froome y Geraint Thomas; Enric Mas ya está en el foco de la afición española para siempre y «Superlopez» espera a Egan Bernal para llevar el timón del ciclismo colombiano.

También tuvieron honores los ganadores de las diferentes clasificaciones: el maillot de puntos azules de rey de la montaña se lo enfundó el belga Thomas de Gendt (Lotto Soudal), el de la regularidad Alejandro Valverde, el de la combinada Simon Yates, la combatividad fue para Jesús Herrada y por equipos se impuso el Movistar.

Si Mas fue la alegría para el ciclismo español, la «pájara» del incombustible Alejandro Valverde en La Gallina pudo ser un adelanto de un ocaso definitivo. A sus 38 años de edad, el «Bala» no pudo mantener un segundo puesto que guardó muchos días. Una decepción alargada para el Movistar con la mediocre actuación de Nairo Quintana, favorito en la salida y octavo en Madrid.

La Vuelta asistió a la despedida del vasco Igor Antón (Dimension Data) después de 14 años de profesional. Se llevó los aplausos de la afición por las calles madrileñas y «un montón de recuerdos».

Ahora toca el Mundial, al que España acude con una selección liderada por Alejandro Valverde, posiblemente su último intento en Innsbruck por vestir un maillot arcoíris que tanto se le resiste.

El ciclismo español sigue esperando a Landa y se ilusiona con Mas y Marc Soler. Alicientes para la próxima temporada, en la que el imperio británico volverá a la carga. 


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