De forma épica, memorable e histórica, River Plate dejó tendido a Boca Juniors con marcador de 3-1 en el estadio Santiago Bernabéu, en Madrid, y se tituló campeón de la Copa Libertadores de América por cuarta vez en la historia. 

El conjunto millonario aprovechó la inferioridad numérica de su acérrimo rival en el tiempo extra para liquidar la final del torneo continental, que por primera vez se jugó en territorio europeo y la protagonizaron los dos clubes más importantes de Argentina. 

El compromiso se iba a disputar el domingo 24 de noviembre en el Estadio Monumental de Nuñez, en Buenos Aires. Sin embargo, debido a los hechos violentos, la Conmebol decidió reprogramar el encuentro en el Santiago Bernabéu.

El partido comenzó muy entretenido y disputado, con la intensidad típica de un superclásico argentino, independientemente de que se disputara en Europa. Boca Juniors tomó el protagonismo en los primeros compases con el balón en sus pies. En tanto, River Plate optó por replegarse y presionar de forma escalonada.

Los dirigidos por Guillermo Barros Schelotto se adueñaron de los espacios y de la posesión de balón, para generar peligro dentro del campo rival con varias ocasiones de gol; mientras que el equipo millonario se encontraba confundido, carente de ideas. 

Antes de finalizar la primera mitad, Darío Benedetto inauguró la pizarra al minuto 44. El «Pipa» recibió un pase al vacío, corrió hacia la frontal del área, se deshizo de un rival con un amague y definió de manera sutil hacia el poste izquierdo de Franco Armani. 

Luego del descanso, el combinado xeneize buscó ampliar la ventaja con la misma fórmula. Por su parte, River reaccionó ante la desventaja en la pizarra y colocó el empate al minuto 67, por medio de Lucas Pratto, quien supo finalizar una buena jugada colectiva. 

Los 90 minutos reglamentarios se despidieron con empate de 1-1. Al comienzo del alargue, Boca Juniors se quedó con 10 jugadores, puesto que el colombiano Wilmar Barrios fue expulsado al recibir la segunda tarjeta amarilla. 

Con el correr de los minutos, River se aprovechó de la superioridad numérica y consiguió la remontada, mediante el colombiano Juan Fernando Quintero, quien finalizó con un zurdazo imparable la misma jugada que él generó. 

Fernando Gagó, quien había entrado de cambio por Boca, tuvo que abandonar el compromiso por lesión y dejó a sus compañeros con nueve jugadores en cancha, puesto que los cambios ya se habían agotado. Aun así, con más ímpetu que buen juego, los xeneizes estuvieron cerca de empatar.

No obstante, River Plate se encontraba en mejores condiciones físicas, aguantó la avalancha bostera y en un contragolpe, con el arquero Esteban Andrada fuera de su arco, Gonzalo «Pity» Martínez dejó el 3-1 definitivo en Madrid. 

De esta forma, el cuadro de la franja roja se consagró ante su máximo rival en el escenario menos esperado y logró su cuarto título de Copa Libertadores, luego de cubrirse de gloria en los años 1986, 1996, 2015 y ahora en 2018. 


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