Salvador Pérez, Alcides Escobar y demás compañeros de los Reales de Kansas City tienen grabada en la memoria la secuencia de la Serie Mundial del año pasado, así que el haber sacado una ventaja 2-0 sobre los Mets de Nueva York no les da tranquilidad.»Es una deuda pendiente. Tenemos algo por terminar y no va a ser tan fácil», advirtió el receptor. «Aquí no hay marcha atrás, hay que seguir jugando fuerte, arriba por una carrera o abajo por diez».Escobar no quiere andarse con contemplaciones, y le da igual que deban sentenciar el primer campeonato de los Reales desde 1985 en estadio ajeno.»No quiero regresar», dijo el venezolano. «Quiero acabarlo ahí».Los antecedentes favorecen a los Reales. 41 de los 51 equipos que picaron por delante 2-0 con el formato al mejor de siete partidos acabaron coronándose. Los últimos nueve no han fallado desde que Atlanta no pudo contra los Yanquis en 1996.»Esto es cuestión de quién gana primero cuatro. No estamos acabados», dijo el capitán de los Mets David Wright.El duelo de hoy en Nueva York enfrentará a dos de los pitchers que lanzan más fuerte: el novato Noah Syndergaard por los Mets, contra el dominicano Yordano Ventura de los Reales.Durante la temporada regular, la recta de Syndergaard promedió las 97.1 millas por hora, la velocidad más elevada en las mayores para un pitcher que cubrió por lo menos 150 innings, según STATS. Ventura figuró tercero con 96.3.Pero los lanzadores de los Mets se han encontrado con la cruda realidad que los Reales son inmunes a la potencia de sus pitcheos. Tanto Matt Harvey como Jacob deGrom nada más pudieron propinar dos ponches cada uno en los primeros dos juegos.


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