Rafael Esquivel pasa sus días en un centro de detención a las afueras de Brooklyn, que se constituyó en otra ironía adicional a todas las que han rodeado su historia en los últimos meses.El centro de detención administrativo de Brooklyn está en el sector Kings. La cárcel es conocida en la ciudad como Kings County, que traducido al español sería ?la prisión del rey?. El ex presidente de la Federación Venezolana de Fútbol llegó el martes en la tarde al centro de reclusión, donde espera pasar poco tiempo.De acuerdo con dos fuentes en Nueva York, el venezolano tendrá la semana que viene su audiencia para buscar la libertad bajo fianza, en la que a su vez, pedirá que pueda trasladarse hasta el estado de la Florida para fijar su residencia ahí mientras se desarrolla el juicio.No obstante, este pedido de domiciliación en el sur de los Estados Unidos parece complicado que se cumpla, por los traslados permanentes que se requieren del ex vicepresidente de Conmebol hacia Nueva York.Sencillo. En la cárcel, Esquivel se encontró con un centro de detención de seguridad media construido en 1990, dos años después de que él llegó a la presidencia de la FVF; y donde se le puso el uniforme anaranjado característico de los internos en Estados Unidos, al tiempo que se le entregaron dos toallas, una funda y una sábana.Puede recibir visitas de 8am a 3pm, enviar y recibir correos, mandar mensajes de texto a una lista de cinco personas que él solicitó, siempre y cuando no se pasen de 13.000 caracteres y pasen la revisión de seguridad de los directivos del penal; puede tener revistas, libros, música, la ropa para cuando le toque salir del recinto y aparatos médicos previamente aprobados por la directiva.Esquivel además puede recibir transferencias de dinero en el sistema MoneyGram, para comprar en las máquinas expendedoras del penal. El ex directivo espera correr con la misma suerte del paraguayo Juan Ángel Napout o del hondureño Rafael Callejas, quienes salieron en libertad tras pagar su fianza.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!