El resultado del segundo juego no había reposado ni media hora cuando comenzaron a volar las preguntas sobre cómo sería jugar en el Alfonso “Chico” Carrasquel de Puerto La Cruz. No importaba que el parque estuviera a muchos kilómetros del Antonio Herrera Gutiérrez de Barquisimeto –en donde se jugaron los dos primeros encuentros de la serie-. Resultaba menesteroso conseguir impresiones que describieran o negaran las angustias de ir al estadio más volátil de toda la liga.

El primero en caer en el hoyo de las preguntas fue Jorge Martínez, lanzador que guió la victoria de Cardenales de Lara en el segundo juego de la final e igualó el enfrentamiento a una victoria por bando. “Vamos a Puerto La Cruz y tenemos el equipo que mejor ha jugado allá este año”, dijo el cubano. “No creo que Caribes (de Anzoátegui) la tenga fácil”.

No es una pavonada la del antillano. Los crepusculares tomaron la ciudad oriental en la ronda regular. Allí le ganaron 4 de 5 encuentros a los indígenas, con un pitcheo que aceptó 11 carreras limpias en 40.0 innings. Las cifras invitan al aplauso, pues el diamante portocruzano es el edén para los cuadrangulares y careos de grandes pizarras. No en vano Caribes sacó 44 de sus 61 vuelacercas (al sumar la eliminatoria y los playoffs) en su casa.

Con el escenario adornado con las cualidades monticulares de Lara contra las pretensiones de largas conexiones de Anzoátegui, se jugarán los siguientes tres compromisos. El primero será esta noche a las 7:00 pm.

“Trataremos de mantener la bola bajita e intentar minimizar los extrabases. Hay que buscar que la bola salga de rolling y nosotros poder aprovechar nuestra ofensiva”, sugirió José Moreno, piloto de los crepusculares, antes de dejar abierta la posibilidad de hacer un cambio de orden en su lineup. “Tal vez Jesús Montero vaya como séptimo bate para bajarle un poco la presión. Voy a tratar, en lo posible, de mantener el lineup en la medida que sigamos ganando”.

El lanzador larense que tiene la primera misión será Raúl Rivero. El experimentado derecho, que posee en sus vitrinas dos premios al Pitcher del Año de la LVBP, le es casi indiferente jugar en el piadoso Luis Aparicio “El Grande” de Maracaibo como en el Chico, por hacer una comparación de antípodas. Al menos eso muestra sus estadísticas. De por vida en Puerto La Cruz posee una efectividad de 2.97 en 39.1, un guarismo muy similar al 2.86 que exhibe en el suelo zuliano.

La tribu le encomendará el juego al zurdo Logan Darnell, quien fue tomado como sustitución en la elección previa a la gran final. Trabajar en la casa de Caribes será prácticamente una novedad para él que de por vida solo acumula un capítulo en el sitio.         

“En Puerto La Cruz las cosas se harán más difíciles”, comentó Henry Urrutia, jardinero de Cardenales, sobre la mudanza de la serie. “Toda la fanaticada está con Caribes y nosotros debemos ir a hacer el trabajo, enfocarnos más porque Anzoátegui es un equipo fuerte que sabe jugar a la pelota, que está acostumbrado a asistir a playoffs y a ganar campeonatos”.


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