La última vez que el derecho venezolano Pablo López enfrentó a los Mets tuvo la peor salida de su joven carrera en Grandes Ligas. Lo castigaron con 10 carreras e igual número de hits en apenas 3.0 innings. Y fue esta misma semana.

Cualquiera pensaría que el pitcher de los Marlins de Miami saldría presionado, asustado de volver a ver a un equipo que le hizo tanto daño recientemente. Pero el sábado el beisbol le dio una nueva oportunidad y el zuliano de 23 años de edad supo aprovecharla.

«Estaba ansioso. Quería salir y simplemente dejar todo en el campo… Era solo cuestión de estar en control», dijo López.

El venezolano silenció los bates de los Mets al blanquearlos en su labor de 7.0 innings. Le dieron solo un inatrapable, un doble de Jeff McNeil en el primer inning. Nadie más volvió a estar en posición anotadora mientras se mantuvo en la lomita.

En lo sucesivo retiró a 14 rivales de forma consecutiva, 5 de ellos por la vía del ponche. Cuando se retiró había abanicado a 7 contrarios y solo concedió 2 bases por bolas. Su manager Don Mattingly solo pudo elogiar su capacidad de recuperación.

“Esa fue una gran respuesta. Ni siquiera tuvo que hablar. Simplemente salió y lanzó. Recibió una paliza allí en Nueva York y nada salió bien, y hoy había dos maneras de ir al montículo. O salía y lanzaba como si tuviera miedo de esos tipos o iba a ser agresivo. Hoy el chico averiguó de qué está hecho”, señaló Mattingly.

De sus 92 pitcheos, 61 fueron en strike. Y también ayudó a su propia causa con un hit que significó el fin del trabajo del abridor de Nueva York, Steven Matz.

No solo fue la redención para López. También significó una rara ocasión de celebrar para su equipo, al enlazar 2 triunfos corridos y asegurarse la serie ante los Mets. Los Marlins tienen el peor récord de la MLB, con apenas 12 victorias por 31 derrotas.

Es la segunda vez que el equipo de Miami gana una serie este año y la tercera que pudo imponerse en partidos consecutivos.


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