Con la jocosidad y el desparpajo que lo caracterizan, llegó el viernes Oswaldo Guillén a la pretemporada de sus Tiburones de La Guaira en el Estadio Universitario justo una semana antes de que inicie la campaña 2018-2019 de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

Su primera labor en el terreno fue presenciar una corta sesión de práctica de bateo por parte de los jugadores de la selección de Venezuela sub-23, quienes se preparaban para disputar un partido de fogueo contra los salados.

Mientras posaba su mirada en las conexiones de estos noveles toleteros, conversaba con dos de los integrantes del cuerpo técnico, incluido el recién llegado Carlos García, quien se mantuvo al frente de los entrenamientos durante su ausencia. Afinando detalles, quizás.

Acto seguido, Guillén se dispuso a atender a la prensa que acudió al recinto para tomar sus impresiones y conocer de primera mano sobre sus expectativas.

“Estoy aquí por el compromiso que tengo con los fanáticos, con los peloteros, con los dueños del equipo y con toda la pelota venezolana en sí, porque todos los años se pone la situación más difícil. Y el beisbol es algo positivo para el país”, manifestó.

Para nadie es un secreto que la campaña 2017-2018 fue una de las más negativas para la divisa salada y el propio piloto está consciente. Por ello tiene una perspectiva diferente para afrontar esta nueva etapa de retaliación.

“Voy a tratar de disfrutar lo máximo. El año pasado me estresé mucho y los problemas del estadio me los llevaba a la casa, algo que ni en mi época de jugador había hecho”, expresó Ozzie, quien no deja a un lado su relación con los aficionados guairistas. “Vengo también a darle buenos juegos a la fanaticada de los Tiburones, que si bien es la más alegre, es la más difícil, y nos los culpo, porque son tantos años sin celebrar lo que todos queremos”.

El hasta ahora único manager latinoamericano en ganar una Serie Mundial en las Grandes Ligas confía en que los cambios que realizó el nuevo gerente general de la escuadra, Luis Blasini. “No todo siempre va a funcionar como uno quiere al 100%, aunque ojala esta vez sea un porcentaje mucho mayor en lo positivo”.

El hecho de que Guillén le haya prometido a su familia tomarse las situaciones con más calma para este año no cambia para nada lo exigente que pueda ser con el desempeño de sus jugadores. “El que venga a jugar tercera base porque su equipo en Estados Unidos quiera que juegue obligatoriamente ahí, pues entonces que se vaya a la liga instruccional. Estamos aquí para quedar campeones y lo demás que venga después”.

A pesar de que no estuvo presente durante los primeros 11 días de entrenamientos, Guillén siempre se mantuvo al tanto de lo que ocurría diariamente gracias a la comunicación con El Almirante Carlos García y Luis Rodríguez.

“Hice un meeting con mis peloteros para darle las gracias por como se comportaron. Sé que no es fácil manejar una plantilla con tantos jugadores como los que hay ahora y les pedí que tuvieran conciencia de que se va a trabajar para ganar juegos, no para darle más turnos o más pitcheos al alguien. Tenemos en mente de tratar de ser los Tiburones que queremos ser”, expresó un entusiasta Guillén, quien no se atreve a afirmar si finalmente la tercera será la vencida.


Al margen. El timonel, que se ausentará brevemente del equipo durante la cobertura de la Serie Mundial para atender compromisos televisivos con la cadena ESPN, señaló que con diferencia al año anterior, en esta ocasión se mantendrá al margen en las decisiones que tome la liga, pues a su juicio cree que en el pasado no lo consideraron lo suficiente.

“La temporada anterior me hicieron un par de cositas que pudieron haber manejado de mejor manera. Hubo varias cosas con las que no estuve de acuerdo y las manifesté, pero este año me enfocaré en mi trabajo y que la liga hago lo mismo con el suyo”.


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