Uno de los mejores bateadores derechos de su generación y sin duda uno de los más difíciles de dirigir, Manny Ramírez ha regresado a los Cachorros… como coach. Nadie sabe bien cuál es su función exactamente, pero el impacto que está teniendo es enorme, una de las razones del gran momento de la novena.El dominicano no figura como coach ni en ninguna otra capacidad en el equipo, que se apresta a jugar la final de la Liga Nacional. Pero casi todos los bateadores lo consultan regularmente y los jóvenes talentos latinos, sobre todo estrellas del futuro como Jorge Soler y Javier Báez, lo veneran y lo consideran una especie de gurú, que los guía en el beisbol y en la vida.Cuando se le pidió que describiese el papel del Ramírez, el manager Joe Maddon dio a entender que es una especie de enlace con la «cultura hispana» del club. Ante la misma pregunta, el joven toletero Kyle Schwarber encogió los hombros y dijo: «Yo solo sé que es Manny».Ni el propio Ramírez puede describir sus funciones. «Hago lo mío», se limita a decir, aludiendo a la frase que inspiró en sus días de jugador imprevisible «Manny being Manny», o «Manny haciendo de las suyas». Como si no fuese necesaria ninguna otra explicación.Nadie puede cuestionar los conocimiento de bateo de Ramírez, quien jugó 19 temporadas en las mayores, fue seleccionado al Juego de Estrellas 12 veces, fue el más valioso de una Serie Mundial, salió dos veces campeón con los Medias Rojas, ganó en nueve ocasiones el premio Bate de Plata a la mejor producción ofensiva en su posición y es uno de apenas 27 peloteros con 500 jonrones.


El periodismo independiente necesita del apoyo de sus lectores para continuar y garantizar que las noticias incómodas que no quieren que leas, sigan estando a tu alcance. ¡Hoy, con tu apoyo, seguiremos trabajando arduamente por un periodismo libre de censuras!