Una de las primeras fotos de Félix Hernández enviadas desde el campo de entrenamiento de los Marineros de Seattle, mostraba al lanzador con una sonrisa que iluminaba su rostro, aún semioculto detrás de esos lentes tan de moda en todas partes.

Buena señal, pensamos, porque tampoco era una de ese risas estereotipadas que abundan por esta época del año en las Grandes Ligas. Solo que días después, el 26 de febrero que marcó la primera aparición primaveral de Hernández, una línea salida del bate de Víctor Caratini, dio de lleno en su brazo de lanzar. La sonrisa se trastocó en una mueca de dolor y desconcierto. Debieron pasar un par de minutos para que pudiese pronunciar una palabra, mientras el manager Scott Servais y el preparador físico, aguardaban desesperados por prestarle los primeros auxilios.

No debe existir otra disciplina del quehacer humano donde la desgracia aceche a la vuelta de la esquina, ya no como una excepción, sino como parte tan íntimamente ligada a la esencia del juego.

Los reportes médicos fueron negativos, para en parte restablecer la calma en el campamento de los Marineros y en el estado de ánimo de Hernández. Seattle y el mismo Félix confirmaron que perdería unas tres salidas antes de concluir los entrenamientos, pero que estaría listo para iniciar la campaña.

Esta entrega fue elaborada con la premura que exigen los periódicos y cualquier novedad pudo presentarse en el trayecto, pero la conmoción que este tipo de accidentes es capaz de provocar, no se detiene en quién haya sido la víctima y sus consecuencias a largo plazo en los planes del equipo, solo que Hernández ha sido el pitcher número uno de la rotación de abridores de los Marineros durante las últimas siete campañas, y aunque ese lugar por los momentos ya no le pertenece, en Seattle estiman que el venezolano de 32 años de edad muy bien puede ser una pieza vital para el equipo en 2018.

El desplazamiento momentáneo del lugar de honor en la fila de abridores tuvo su origen en lo sucedido en 2017, cuando Hernández fue colocado en un par de ocasiones en la lista de incapacitados.

El observador más novicio percibiría de inmediato el motivo: solo abrió 16 encuentros y ganó seis mientras apenas pudo completar 87 entradas con 78 ponches y efectividad de 4.36. En sus 12 campañas previas, en promedio por año, Félix exhibía 34 comienzos, 15 triunfos y efectividad de 3.20 con 212 abanicados en 227 episodios. Considerando que en ese lapso los Marineros han permanecido en la parte baja de la División Oeste de la Liga Americana, ese mismo observador inexperto concluiría que se hallaba frente a uno de los más notables pitchers del circuito.

Sin embargo, el hecho tangible, fue que el piloto Servais antes de abrir las prácticas, decidió relevar al ganador del «Cy Young» en 2010 como su abridor del encuentro inaugural, un rol desempeñado por Félix sin interrupciones entre 2009 y 2017. En su lugar designó a James Paxton.

Nadie puede mejor que Félix conocer el estado de su brazo, aparte del batazo recibido desde el bate del cátcher de los Cachorros de Chicago. Por eso aquella expresión a finales de febrero representaba un gesto de confianza en sus habilidades, disminuidas por lo apuntado ya.

Solo que su paso por la gran carpa a partir de 2005 ha sido de tal magnitud y una expresión de dominio como lo manifiestan sus estadísticas, que ocurre con Hernández lo mismo que con Miguel Cabrera, el toletero de los Tigres de Detroit. Cualquier merma, por muy insignificante que sea y todavía sin conocer su verdadero origen, enciende las alarmas.

Tampoco es la primera vez que algo semejante sucede con un pitcher del acostumbrado nivel del nativo de Valencia. Tenemos a la mano el caso ya lejano en el tiempo, pero que ocasionó sentimientos y especulaciones similares en su momento por tratarse de un pitcher notable como lo es Félix en el presente: Warren Spahn. Spahn fue líder en abanicados de la Nacional entre 1949 y 1952 cuando la fuerza la recta desapareció por arte de magia de su repertorio. Tenía 32 años de edad y suplió la velocidad con el screwbol o bola de “tornillo”. Nunca más fue el primero en abanicados pero  9 veces sumó al menos 20 victorias, estuvo en acción hasta 1965 y es con 363 el zurdo con más triunfos en la gran carpa.

La temporada comienza para los Marineros el 29 de marzo ante los Indios de Cleveland en Seattle. No sabemos si seguiremos a “otro” Hernández como aconteció con Spahn. También cuesta pensar que el manager Servais para entonces haya cambiado de opinión acerca del destino inmediato de Hernández, pero vamos a quedarnos con esa sonrisa luminosa de febrero. Por donde se le mirara era una buena señal.


La cifra

160 Triunfos tiene Hernández en las Grandes Ligas. Es el pitcher venezolano con más victorias.

El dato

En 2012, Félix  fue autor del apenas juego perfecto número 23 en la historia centenaria de las mayores.



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