Qué importaba un equipo competidor o una Serie Mundial; José Altuve solo quería llegar a Grandes Ligas. Ese era su anhelo, casi utópico por no superar los 170 centímetros de estatura. Pero lo consiguió en 2011, año en que debutó con los Astros de Houston. Logró establecerse y encontrar un espacio en el firmamento de las mayores. Ahora sí le es menester una Serie Mundial. Los siderales de 2011 perdieron 106 juegos. Por suerte, para el camarero aragüeño, aquel equipo no se parece en nada a la edición del conjunto de este año, que es uno de los favoritos para competir por el banderín de la Liga Americana y, quien sabe, el cetro de las mayores. ?Ahora como que eso suena más lógico, por lo ocurrido el año pasado?, dijo Altuve en una publicación de MLB.com. ?Yo se los dije la temporada anterior, pero creyeron que era una locura?, añadió en referencia a la llegada a los playoffs de los cósmicos. Mucho de esa gran temporada se debió al campocorto Carlos Correa, al lanzador Dallas Keuchel y al bate del maracayero, quien ayer conectó su segundo cuadrangular de los entrenamientos primaverales en el revés de los Astros ante los Filis de Filadelfia. Aunque Altuve ha tenido un inicio modesto (batea .292), es uno de los rostros de la franquicia y primer bate indiscutible. Tiene un perfil indicado para eso. En 2014, lideró el joven circuito en hits (225), bases robadas (56) y promedio de bateo (.341);  la campaña pasada fue el cabecilla en imparables (200) y estafadas (38).


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