El atacante sueco Zlatan Ibrahimovic anunció este viernes que mañana jugará su último partido con el París Saint-Germain, tras cuatro años en el club francés. «Llegué como un rey, me voy como una leyenda», escribió el futbolista en la red social Twitter. El jugador aseguró también que el de mañana contra el Nantes será su «último partido en el Parque de los Príncipes», estadio al que llegó en 2012 procedente del Milan, donde llegó libre. Ibrahimovic, de 34 años, acaba su contrato al final de la presente temporada y su continuidad era una de las grandes interrogantes de la liga francesa. El club se debatía entre la continuidad que suponía su renovación y abrir la puerta a la llegada de una nueva estrella sobre la cual edificar el proyecto del futuro, con el claro objetivo de ganar la Liga de Campeones. El primer argumento se sustentaba en que Ibrahimovic sigue siendo el mayor activo del equipo, elegido el pasado fin de semana mejor jugador de la liga francesa, máximo anotador y líder indiscutible de la formación dentro y fuera del campo. Pero los partidarios de su salida avanzaban que a sus 34 años el sueco no es ya un hombre de futuro y que, pese a su indiscutible calidad y liderazgo, ha mostrado sus límites en la máxima competición continental, donde nunca se ha mostrado decisivo en los partidos clave. Muchos le responsabilizaban de que el PSG no diera en Europa el salto decisivo que hiciera a la formación, propiedad de un fondo de inversión catarí, superar los cuartos de final de la Liga de Campeones. Ibra deja el conjunto parisiense con un rosario de títulos impresionante: cuatro ligas (2013, 2014, 2015 y 2016), dos Copas de la Liga (2015 y 2016) y una Copa de Francia (2015), a la que se puede sumar una segunda en la final que disputará contra el Olympique de Marsella el próximo día 21, en el que será su último partido con la camiseta del PSG. También se convertirá por tercer año consecutivo en el máximo goleador de la liga francesa.


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