Una descalificación impidió que compitiera en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Una situación como esa puede marcar cualquier carrera deportiva, pero Génesis Rodríguez no se rindió y como el ave fénix renació de sus cenizas para ser una de las apuestas más fuertes de la halterofilia venezolana en los próximos Juegos Panamericanos Lima 2019.

“He vuelto y con mucho orgullo”, avisó el año pasado, cuando ganó dos medallas de oro en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla, Colombia.

Rodríguez nació el 17 de julio de 1994 (25 años) y se desempeñaba en el atletismo en las pruebas de velocidad, pero su poca estatura la privó de tener buenos resultados en la disciplina. Por ello, probó sus habilidades en el levantamiento de pesas en la división de los 48 kilogramos. Fue una buena decisión. Una de sus primeras hazañas fue conquistar la medalla de bronce en la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud Singapur 2010, donde participaron casi 4.000 deportistas de entre 14 y 15 años de edad.

En esa oportunidad la venezolana levantó 71 kilogramos en arranque y 93 en envión, para un total de 154 kilos. Por delante de ella solo estuvieron la china Yuan Tian (85-105-195), que se llevaría la presea dorada, y la tailandesa Sirivimon Pramongkhol (68-95-163), quien amarraría la plata.

Esta medalla presagiaba que Rodríguez estaba para grandes cosas en la halterofilia, y así fue, ya que conquistó el boleto para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Sin embargo, el sueño se convirtió en pesadilla cuando se anunció una suspensión por parte de la Federación Internacional de Halterofilia que dio positivo en un control antidopaje en julio de 2016.

Su defensa. Rodríguez dio positivo con una sustancia llamada isometepten, un estimulante para el alivio del dolor a causa de la migraña y que se adquiere fácilmente en cualquier farmacia sin prescripción médica. La deportista salió en su defensa a través de su cuenta de Instagram, en la que aseguró que fue blanco de un sabotaje en la muestra.

“Fui blanco de una trampa, la sustancia encontrada en mi muestra de doping fue suministrada de manera fraudulenta en mi vitamina, ya que hay residuos de pastillas en el suplemento vitamínico que es en polvo”, fue parte de lo que publicó en sus redes sociales.

Colombia fue el lugar donde la levantadora de pesas se encontraba al momento de tomarse la muestra. La primera prueba fue el día 7 de junio, fuera de competencia, que arrojó un resultado negativo.

“Deduzco que dicho medicamento fue suministrado en mi vitamina por alguna persona que quería dañar mi carrera deportiva y mi imagen como persona, ya que es ilógico salir negativo en la primera muestra de doping, pero sí positivo en la segunda”, indicó Rodríguez.

Desde un primer momento aseguró que no se rendiría en su carrera deportiva y volvería a la competencia.

El resurgimiento. La suspensión no fue el único bache en su camino.

Su paso por los Juegos Panamericanos Toronto 2015 se recuerda por el susto que dio a todos por un desmayo que sufrió en plena competencia, cuando intentaba levantar 106 kilogramos. Esa vez logró reponerse y se llevó la medalla de plata con 201 kilos, igualando a la colombiana Rusmeris Villar, quien se llevó el oro en los 56 kilogramos femenino por menos peso corporal. No obstante, el mayor logro de Rodríguez fue tres años después, en Barranquilla, con sus dos medallas de oro en la división de los 53 kilogramos.

«Hace dos años, llorando, prometí que regresaría así, por lo alto. Ahora estoy feliz porque Génesis ha vuelto», dijo Rodríguez en entrevista con EFE, luego de su conquista.

«Estoy muy feliz y emocionada de darle esta alegría a Venezuela en mi regreso. Fueron dos años de trabajo duro. Nada me detuvo. Regresé por todo lo alto y sé que mi país está contento», comentó.

A pesar de que confesó que se retiró siete veces de la disciplina después de la sanción sufrida, dijo que el apoyo de sus amigos la hizo volver más fuerte para alcanzar el subcampeonato Panamericano y el doble título en los Centroamericanos.

Ahora, con 25 años de edad y en plenas condiciones, quiere subir a lo más alto del podio en Lima. Tiene entre ceja y ceja el cupo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 y está esperando que esta vez nadie impida volar al ave fénix que vive en ella.


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