Jóvenes venezolanas, pertenecientes a algunos equipos nacionales, apuestan por el fútbol, no solo por la pasión que las impulsa ser algún día jugadoras profesionales, sino también para generar ingresos a sus familias. Ellas no tienen más que un par de tacos desgastados como herramienta de trabajo para colaborar económicamente con sus seres queridos en tiempos de crisis. Entre estudiar y jugar sortean el día a día para ser una ayuda más en sus humildes hogares.

Detrás de los grandes equipos de Venezuela están las jugadoras que quedan sin sus empleos debido a la crisis económica que atraviesa el país. Las instituciones deportivas deciden reducir sus filas para acortar presupuesto luego de quedar fuera de todas las competencias internacionales.

Jóvenes entre 16 y 21 años de edad sueñan con ser profesionales en una liga femenina naciente. Toman buses y recorren largas distancias para llegar a las respectivas prácticas con pequeños equipos que puedan brindar una ayuda a sus bolsillos.

Fatima Lobo, jugadora del Deportivo Táchira, afirmó que la decisión de eliminar el equipo femenino ha afectado a sus compañeras que ahora buscan firmar con otros equipos. Relató que el equipo lo conformaban algunas juveniles que tenían que tomar un autobús con un trayecto de casi una hora para llegar a las prácticas en la ciudad de San Cristóbal.

“Muchas de ellas viven muy lejos de San Cristóbal, pero se les hacía más fácil con el hospedaje y la comida que les brindaba el club. Ahora sin eso, es un gasto que muchas no pueden costear, y no tienen familia en el extranjero que las pueda ayudar económicamente y no saben si puedan continuar con sus estudios”, declaró en exclusiva para El Nacional.

La Federación Venezolana de Fútbol impuso como nueva norma que todos los equipos conformen una selección sub-23 para jugar un torneo reserva, causando que los distintos clubes descarten continuar con un conjunto femenino por los gastos económicos que representan.

Las Normas Reguladoras certificadas por la FVF no resguardan la vialidad de los equipos femeninos profesionales. Los combinados solo tienen  la obligación de tener un conjunto sub-16 femenino, sin tener la exigencia de mantener uno en primera división. Internacionalmente, la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) insta a que los equipos que participen en torneos suramericanos deben, obligatoriamente, tener un primer equipo femenino. 

Por consiguiente, el Deportivo Táchira al quedar fuera de cualquier compromiso fuera de nuestras fronteras decide dejar en libertad a 22 jugadoras, sin importar que hace unos meses eran sido finalistas del Torneo Clausura 2018. El Carabobo Fútbol Club también podría seguir la misma línea al eliminar su filial femenina, puesto que las granates finalizaron últimas en su grupo durante los torneos del año.

Yerliane Moreno, ex aurinegra y figura de la Vinotinto sub-17, indicó que Andreina La Cruz, capitana de Las Aurinegras, habló con uno de los delegados de la institución, quien le confirmó la noticia. “Nos informaron que no iba a salir el femenino, y que no lo iban a apoyar. Tenía desde hace un año jugando en Táchira, y me afectó la situación, también considero que es una falta de respeto al fútbol venezolano”, agregó.

Explicó que el sueldo que ganaban ayudaba a las familias de la mayoría de las jugadoras ante la crisis económica que padece el país. “Es indignante porque yo soy una persona humilde, pero gracias a que he tenido la oportunidad de jugar en el exterior es que pude sacar mi familia adelante, pero la mayoría de las jugadoras les ayudaba el sueldo que percibían”, dijo.

Moreno considera que equipos más pequeños y que tienen mayores límites económicos en su plantilla siguen siendo referentes en el fútbol nacional por el apoyo de sus directivos, como lo es  Flor de Patria y Guárico FC. Estos equipos femeninos no tienen jugadores en primera división masculina, pero han participado en competencias internacionales debido a su empeño y finales ganadas en los últimos años.

En Venezuela, el fútbol femenino, a nivel de clubes, no ha tenido el mismo alcance que conjuntos masculinos, a pesar de sus logros tanto individuales como grupales. Actualmente, se está viviendo un cambio en cuanto a la integración de esta categoría en las ligas profesionales, pero se llegará a otro nivel cuando sea visto como una vena en las instituciones más que un cumplimiento de normativa.


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