Cerro abajo

En el fútbol suramericano la paciencia es una virtud escasa. Muy escasa. Y cuando la impaciencia se mezcla con la imprudencia, la explosión de los procesos se da rápido y con la capacidad expansiva de una bomba nuclear, que arrasa con todo a su paso.A la directiva de Cerro Porteño, famosa por lo corta de su mecha, se le terminó la serenidad con César Farías. Entre las desafortunadas declaraciones del sucrense y su entorno, un inicio lento en la liga, y el peligro de no clasificarse para los octavos de final de la Copa Libertadores; la llamarada reventó el jueves en la noche. El club decidió despedirlo.?Es mucho más difícil jugar en el sol que de noche. Luego en el primer tiempo tuvimos un clima más caluroso, y en el segundo otro más fresco y pudimos correr más. Cobresal  siempre jugó fresco. Se sabía que aquí podíamos dejar puntos?, aseguró Farías en la rueda de prensa posterior al partido de la quinta fecha de la Copa Libertadores, donde cedió 2-0 con el cuadro chileno. Ese fue su último duelo al mando del cuadro de Barrio Obrero.Sus palabras le sonaron a excusa a la directiva del conjunto azulgrana. ?Hemos decidido rescindir el contrato de César Farías?, dijo tajantemente Juan Antonio Zapag, presidente del conjunto paraguayo ayer en la conferencia en la que anunció la salida del DT venezolano.Al momento del despido, Cerro Porteño es tercero del campeonato paraguayo, a sólo tres puntos de Sol de América, líder del torneo; y en la Copa Libertadores depende de si mismo. Eso sí, está obligado a vencer la semana que viene (el 20/4) a Independiente Santa Fe, campeón de la Copa Sudamericana, en el estadio Defensores del Chaco de Paraguay. Infortunio. La salida de Farías estuvo precedida de una serie de declaraciones desafortunadas, que prepararon el camino para el cierre temprano de su ciclo. La primera fue criticando las formas de trabajo de los clubes paraguayos.?Recibí un equipo que no trabajaba como nosotros. En algunos aspectos estamos europeizando las formas de trabajo, modificando los métodos; apelando al ADN del fútbol paraguayo?, explicó.La crítica a la manera de trabajar en Paraguay cayó muy mal. Después vinieron las desacertadas palabras de su hermano Daniel, su asistente técnico. ?En la guerra, Paraguay luchó con mucho esfuerzo y perdió también?. La comparación con la Guerra de la Triple Alianza, donde Paraguay perdió un tercio de su población masculina y cedió una extensión importante de terreno a Brasil, terminó de encolerizar al fútbol guaraní. ?Son unos burros?, dijo José Luis Chilavert, en medio de una encarnizada crítica a los venezolanos. ?Me están obligando a pedir disculpas. Yo le pido perdón al pueblo paraguayo. Daniel quiso resaltar que el pueblo paraguayo y nosotros no nos rendiremos, a pesar de un resultado vergonzoso?, expresó el DT en su cuenta de Twitter al día siguiente del infortunio. Luego, al caer contra Libertad por el campeonato guaraní, el hermano del presidente del club, Vicente Aguilar Zapag cargó contra el sucrense: ?Ojalá renuncie y se vaya hoy mismo. No jugamos a nada, todo el mundo ya perdió la paciencia. Que se tome el primer avión y se vaya?, soltó el directivo.De acuerdo con la prensa paraguaya, la destitución se dio justamente por el bajo nivel de juego del equipo en varios pasajes del semestre. Todo apunta a que el reemplazo de Farías será Gustavo Morinigo, actual técnico de la sub 20 de Paraguay.¿Y ahora?César Farías volverá a Venezuela a continuar en su labor como presidente del Zulia, y resta saber si se enfocará en la idea que asomó desde el año pasado, al ir a buscar la presidencia de la Federación Venezolana de Fútbol. ?Que venga?, dijo ayer Richard Páez al momento de lanzar su proyecto. ?Es bueno ver varios proyectos de gente que desea un cambio en el fútbol nacional?, aseguró el estratega. EL DATOEl acuerdo para la rescisión del contrato de César Farías y Cerro Porteño le permitirá al venezolano cobrar la mitad de su contrato, 350.000 dólares de los 700.000 pautados inicialmente por el año entero. Al día de hoy, el club de Barrio Obrero le debe dos meses de pagos al sucrense.