Poco menos de dos semanas transcurrió para que la fanaticada del beisbol en la capital de Venezuela volviera a tener la oportunidad de asistir al Estadio Universitario para presenciar un juego de la Liga Venezolana de Beisbol Profesional.

Aunque el que se suscitará esta noche no se trata de un juego cualquiera. Ni por la instancia que representa, así como tampoco como el contexto en el que se encuentran los locales Leones del Caracas.

La escuadra melenuda regresa a su cueva con el amargo sabor de boca que les dejó la gira por Barquisimeto, desde donde provienen derrotados en los dos primeros enfrentamientos de la serie, en la que entre otras cosas, se vieron ampliamente superados por unos pájaros rojos que abonaron su camino rumbo al quinto título de su historial.

Para Mike Rojas ganar en el encuentro de hoy frente a su  afición resulta más que imperioso. Evitaría quedar contra la pared en una confrontación que se dirime con el primer ganador de cuatro desafíos y además le serviría para dar ese reimpulso que pareciera necesitar la diezmada toletería caraquista, quien tuvo una producción casi nula en los dos careos llevados a cabo en territorio occidental.


Quebrantados. Allá, específicamente en el estadio Antonio Herrera Gutiérrez, los bateadores de Leones consiguieron apenas 12 hits en 62 turnos que los dejó con un average colectivo de apenas .194, que desentona drásticamente con el .285 que consiguieron en la semifinal contra Caribes de Anzoátegui y que fue el mejor registro de cualquier equipo en la instancia.

Los batazos de largo alcance tampoco han sido de ayuda. Si bien de la docena de imparables conquistados hasta el miércoles, solo 5 de ellos fueron de más de una base y ninguno cuadrangular, lo que demuestra un decrecimiento en el renglón del slugging a un .274, insuficiente para conseguir victorias con frecuencia.


Los lanzadores tampoco pudieron dar la cara. Aunque los abridores no fueron castigados con severidad, el daño recibido no pudo ser minimizado y al final cedieron y salieron perjudicados en la decisión final de los partidos.

El bullpen, de igual manera, no pudo hacer nada contra una ofensiva de Cardenales que no tuvo piedad de ellos y el mismo Craig Stem, el arma secreta entre los relevistas del manager Mike Rojas, fue descifrado y bateado con contundencia.


Mucho mérito. Si bien los Leones pagaron el precio de la baja producción colectiva, no hay que desmeritar el trabajo realizado por los Cardenales, a través de sus paleadores; así como también por su blindado staff de monticulistas.

La llegada de Willians Astudillo le dio un balance a la alineación del manager José Moreno, en el que dejó papeles definidos al resto de sus compañeros y estos lo han asumido y pagado con creces, de tal manera, que todos tuvieron un mínima contribución en la conquista de los dos juegos iniciales y arrojaron un promedio de .400 con 15 carreras anotadas y 14 empujadas, además de un par de jonrones.

En cuanto a pitcheo, no hay mucho que decir de lo que ya no se haya reseñado. Sigue siendo este su gran bastión y así lo demuestra el 1.50 de efectividad registrado entre martes y miércoles en Lara, destacando el  0.00 que tiene los relevistas combinados después de 7.1 innings de labor.


Se vislumbra un duelo. Para esta tarde-noche en el Parque de la UCV se espera que los abridores designados por ambos equipos protagonicen un reñido duelo de lanzadores.

Por Caracas estará el refuerzo Yohan Pino, que llegó desde el Magallanes con pergaminos de haber domado a los pajarracos en sus dos salidas de las semifinales, en las que salió victorioso en ambas, sin admitir anotaciones.

Williams Pérez, por su parte, será el encargado de iniciar por los larenses. El llanero fue uno de los mejores serpentineros en lo extenso de todo el torneo y en la postemporada no ha sido diferente. Aunque su participación estuvo en vilo, consiguió el permiso por parte de los Cardenales de San Luis y se encimará sobre el montículo capitalinos con la misión de poner en jaque a los locales y poner a su equipo en puertas de un anhelado y como lo han catalogado ellos mismos, “especial” campeonato.


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