La fanaticada del beisbol en el estado Carabobo siempre ha sido catalogada como una de las más fieles y apasionadas en toda la Liga Venezolana de Beisbol Profesional, a pesar de que en un principio no contaban con un equipo local, hasta la llegada de los Navegantes del Magallanes a Valencia en la temporada 1969-1970.

Desde entonces, han visto cómo la franquicia, que tuvo un pasado por la capital de la república, ha obtenido grandes resultados para atornillarse en la ciudad y también en el corazón de la mayoría de su gentilicio.

De hecho, en la vigente campaña se presenta como uno de los más firmes candidatos para celebrar el campeonato.

El Magallanes, no obstante, primero deberá quitar del camino el escollo que significa la novena de Caribes de Anzoátegui, que independientemente del resultado en el quinto juego de la serie, este jueves retorna a suelo carabobeño con la intención de, cuando menos, impedirle a la nave que ancle en las semifinales de forma directa y tenga que ganarse un cupo por la vía del comodín.

Intermitentes. El desempeño de los Navegantes en los vigentes playoffs de la LVBP ha exhibido dos caras distintas.

Una primera en la que su ofensiva tuvo un estallido de gran alcance con el que vapuleó al pitcheo oriental durante los dos primeros desafíos de la serie particular llevados a cabo en el estadio José Bernardo Pérez, en los que dejaron un promedio de .364, con 21 carreras fabricadas en 16 episodios, incluidos 6 jonrones.

En cambio, en su viaje a oriente ha sido todo lo contrario, y los lanzadores aborígenes se pudieron reivindicar en los siguientes dos encuentros tras limitarlos a solo cinco anotaciones en 18 capítulos, además de un pobre .197 y un solo vuelacercas admitido.

Para Caribes, escuadra que se ha caracterizado en los últimos años por su capacidad de reacción para revertir situaciones adversas, su estadía en casa ha resultado del todo gratificante.

Entre el domingo y el lunes la mejoría de los lanzadores es significativa.

En su visita a Valencia arrojaron una alta efectividad de 9.00 tras admitir 16 carreras limpias en el mismo número de innings. Mientras que hasta antes de la jornada de ayer los serpentineros se combinaron en su choza, el estadio Alfonso “Chico” Carrasquel, para permitir solo 5 anotaciones en 18 innings, para un 2.50 de porcentaje de carreras limpias recibidas.

Los cabecillas. De acuerdo con la rotación empleada en la primera vuelta de la postemporada por Luis Dorante, manager de Magallanes, y Omar López, capataz de Caribes, los encargados de encabezar a sus compañeros desde el montículo son Logan Durán y Daniel Minor, respectivamente.

Ninguno de los dos viene de cumplir con una buena actuación en sus salidas previas.

Durán, dominicano que cumplió una buena temporada con las Águilas del Zulia y actúa como refuerzo de la nave turca, permitió un trío de anotaciones en 3.1 capítulos, mismos en los que toleró cuatro imparables y regaló tres bases por bolas. No obstante, de los 10 outs que sacó, 6 fueron por la vía del ponche.

Minor, por su parte, duró menos en la lomita que su adversario (2.1 innings) y abandonó el partido con cuatro anotaciones acuestas, amén de cinco imparables y un pasaporte otorgado.

Con dos ofensivas tan prolíferas como las que se enfrentarán, el trabajo de los pitchers se hace aun más determinante en un emparejamiento directo de vida o muerte. Así que lo que se suscitará este 10 de enero en Carabobo, e incluso podría extenderse hasta el 11, será una batalla campal.


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