En el fútbol no siempre gana el equipo que mejor juegue, sino el más contundente. No hizo falta que el Barcelona hiciera un partido brillante para golear 0-3 al Real Madrid en el Santiago Bernabéu y clasificar por sexta vez en fila a una final de Copa del Rey. 

Luego de firmar tablas en la ida, el equipo dirigido por Ernesto Valverde dejó a un lado el control del partido y apeló a la contundencia para arrollar a su acérrimo rival, que fue superior durante gran parte del compromiso pero le faltó la contundencia. 

La mesa ya estaba servida. Desde el pitazo inicial, el Real Madrid presionó el territorio rival de forma asfixiante, causando que el Barcelona se quedara sin generación de triangulaciones ni pases en profundidad.

Corrían los minutos y se mantenía la paridad sin goles. La tribu dirigida por Santiago Solari no se cansó de presionar, atacar y patear, especialmente por el costado izquierdo, donde el brasileño Vinicius Júnior desequilibró de manera constante y avasallante.

Culminó la primera mitad con la sensación de que el conjunto merengue fue superior, pero careció de contundencia, aspecto que no le faltó al Barcelona a partir del minuto 50, cuando el francés Ousmane Dembélé desequilibró por izquierda y asistió al uruguayo Luis Suárez, quien no perdonó.

La avalancha blanca no paró de amenazar, pero se chocó en reiteradas oportunidades contra el muro que construyó el meta alemán de Marc-André Ter Stegen. Y solo fue cuestión de 20 minutos para que la conexión entre Dembélé y Suárez volviera a vacunar. El francés envió por la banda derecha y su compatriota Raphael Varane marcó en propia puerta.

El resultado no iba de la mano con la puesta en escena. Por si fuera poco para el cuadro local, Casemiro tumbó dentro del área a Suárez y el uruguayo dejó cifras definitivas en la fracción 73 con una ejecución de vaselina desde los 11 pasos .

El Real Madrid tendrá la oportunidad de tomar revancha dentro de cuatro días, cuando vuelva a recibir al Barcelona por Liga; aunque se jugará más el honor que los tres puntos, puesto que los azulgranas le llevan una ventaja de nueve puntos y son líderes del campeonato doméstico.


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