Un letargo afectó a los venezolanos que integran el corazón del roster de los Tigres de Detroit. Víctor Martínez comenzó a media máquina, a pesar de haber conectado par de cuadrangulares en sus dos primeros juegos. Miguel Cabrera vivió su peor lapso en un inicio de campaña y Francisco Rodríguez perdió el dominio de la zona de strike en las primeras salidas. Por fortuna para los bengalíes, todos parecen haber encontrado el sendero del buen andar en las últimas semanas.¿Y Aníbal Sánchez? El del derecho es un caso diferente. Pisó con fuerza el inicio del camino en el 2016 y dejó a un lado las preocupaciones por la inflamación en la parte superior del codo que sufrió en el Spring Training. De hecho, ganó sus dos primeros juegos de la temporada, algo inédito para él. Pero luego perdió el ritmo. Astros de Houston e Indios de Cleveland, lo batearon con facilidad en su tercera y cuarta salida. Perdió ambos juegos.Pero, al igual que sus compatriotas, el maracayero parece reaccionar. Ganó su tercer partido el jueves, contra los Atléticos de Oakland, y cree que se debe a la omisión del trabajo de cambio de mecánica que hizo en la primavera. Sigue con un ángulo del brazo diferente al año pasado, pero también distinto al que pautó con sus instructores.?Tenía una rutina con la que no me siento cómodo aún?, le dijo Sánchez a MLB.com. ?Me sentí bien de la manera que lancé (contra Oakland). Yo sé que hubo un montón de bolas?. Es verdad. Otorgó siete boletos. Solo sus nueves ponches y apenas tres hits permitidos evitó que los contrarios le hicieran un daño semejante a los dos partidos pasados.?Creo que sus lanzamientos estuvieron mucho mejor?, acotó Brad Ausmus, manager del equipo. ?Su recta caía mejor y su slider se veía muy bien?.


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