La población carcelaria en Venezuela es la que más se ve afectada por esta patología, debido a las condiciones como hacinamiento, malnutrición y deficiencias en el sistema sanitario

Desde 2015 los casos de tuberculosis se han incrementado debido a la escasez de medicamentos y al mal funcionamiento del sistema de salud pública por parte del Estado venezolano. La patología se ha propagado en diferentes entidades del país, donde se han presentado fallecidos por no contar con las medicinas o por no ser diagnosticados a tiempo.

El Observatorio Venezolano de la Salud (OVS) reconoció un incremento entre las personas afectadas: en 2010 se reportaron 2.190 casos, mientras que en 2015 se elevaron hasta los 7.278. Ello se traduce en que la incidencia pasó de 21,9 casos por cada 100 mil habitantes a 23,5 por cada 100 mil habitantes, acotaron en una nota de prensa publicada en octubre de 2017.

‘‘Mientras las cifras oficiales del Ministerio de Salud revelan un ligero aumento de los casos, los registros alternativos advierten que la enfermedad se ha duplicado silenciosamente’’, contrastó el boletín de la OVS.

Una persona enferma con tuberculosis puede contagiar en un lapso de un año a un promedio de 10 a 15 personas por contacto, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El médico neumonólogo José Luis Porras explicó que los síntomas pueden variar dependiendo de la edad. Sin embargo, los indicios de la enfermedad en todos los pacientes son tos en exceso por 15 días, con o sin hemoptisis (flema con sangre), pérdida de peso, dolor en el pecho, fatiga y fiebre.

El especialista indicó que existen dos variantes: la tuberculosis latente y la enfermedad de tuberculosis en sí misma. Acotó que en el caso de la primera, el paciente no desarrolla los síntomas pero puede contagiar a otras personas. Asimismo, cuando no es latente, el paciente sí padece los síntomas.

‘‘Puedes vivir con la bacteria durante muchos años pero cuando tu sistema esté inmunosuprimido (débil) es cuando la vas a desarrollar’’ aclaró Porras.

Bacteria tras las rejas

Un brote de tuberculosis contagió a 14 presos en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas El Marite, estado Zulia, de los cuales 11 murieron debido a la enfermedad, que se propagó gracias a las condiciones de hacinamiento, malnutrición y falta de prevención, reseñó el diario El Panorama en octubre de 2015.

En 2016 la situación se mantuvo y otros diez reclusos fallecieron por la misma patología en la Penitenciaría General de Venezuela (Guárico) por falta de medicamentos, detalló El Nacional Web.

En agosto de 2017, en el Centro de Arrestos y Detenciones Preventivas en la Costa Oriental del Lago, estado Zulia, una mujer de 19 años perdió la vida en su celda luego de agonizar durante tres meses. En octubre otra mujer de 27 años murió tras contraer tuberculosis pulmonar y neumonía avanzada, lo que le causó una insuficiencia respiratoria, reportó La Verdad de Anzoátegui.

En el mismo mes, el director de la policía del estado Miranda, Elisio Guzmán, denunció que varios detenidos han presentado esta afección puesto que, Polimiranda no cuenta con las condiciones sanitarias correctas para mantener reclusos en ese estado, constató El Nacional Web.

Para impedir que presos se contagien, las personas diagnosticadas con tuberculosis deben permanecer por un lapso de 15 días aisladas mientras reciben el tratamiento con los antibióticos correspondientes, explicó la doctora Ana Marcano, coordinadora del Programa de Salud Respiratoria del Distrito Sanitario N° 7 de La Urbina.

En el caso de las cárceles venezolanas, debido a la sobrepoblación que presentan los recintos, es complicado mantener en aislamiento completo a los infectados con tuberculosis, por lo que se facilita que la enfermedad se prolifere rápida y silenciosamente.

El investigador, especialista en Desarrollo, Planificación y Políticas de Salud e integrante de la OVS, Jorge Díaz Polanco, reveló que la comunidad penitenciaria del país es la más vulnerable a contraer este tipo de infección respiratoria.

‘‘Una de las poblaciones sometidas a riesgo o a mayor riesgo, son las poblaciones carcelarias. En los estados donde tienes cárceles y hacinamiento hay tuberculosis’’ aseveró Díaz Polanco.

Pobreza, hambre y hacinamiento

En Anzoátegui, hasta octubre de 2017, han muerto 37 personas por tuberculosis debido al abandono que presenta el sistema de salud en la entidad, explicó Humberto Omaña, secretario de organizaciones del Colegio de Médicos de Anzoátegui para el diario El Tiempo.

En Vargas, el hospital Rafael Medina Jiménez de Pariata y el José María Vargas de La Guaira, han tenido hasta cinco pacientes hospitalizados en la sala de aislamiento. Las parroquias con mayor incidencia de la enfermedad son Catia La Mar, Maiquetía, Carayaca y Carlos Soublette, reveló La Verdad de Vargas.

El factor de riesgo que resalta es la pobreza porque está vinculada con el hacinamiento y la malnutrición, explicó Díaz Polanco.

En Venezuela el Ministerio de Salud creó el Programa Nacional Integrado de Control de la Tuberculosis y Enfermedades Respiratorias que tiene como fin detectar, tratar y proteger a los grupos de alto riesgo de contraer la infección.

“Según el Ministerio se cumple el programa, pero si contrastas la realidad se sabe que no es cierto. Si la gente estuviera vacunada contra la tuberculosis, no tendríamos tantos casos como está ocurriendo ahorita”, señaló el especialista de la OVS.

En el Distrito Sanitario N° 7 de La Urbina atienden aproximadamente entre 40 y 60 pacientes con sospecha de tuberculosis. A los infectados por esta patología se les receta el tratamiento preventivo con los antibióticos Ethambutol, Isoniacida, Rifampicina y Parazinamida, aseguró la Doctora Marcano.

La especialista agregó que el tratamiento se suministra de forma gratuita, y los medicamentos deben buscarse todos los días. Sin embargo, los pacientes acuden cada tres días porque generalmente son personas de bajos recursos y el costo de traslado representa un gasto significativo para ellos.

VIH y tuberculosis

El Virus de Inmunodeficiencia Humano (VIH) al igual que la tuberculosis es una enfermedad inmunosupresora, es decir, que ataca y debilita el sistema inmunológico. Por lo tanto, una persona que padece VIH tiene más probabilidades de contraer la infección que una persona sana.

‘‘Una persona con VIH inmunológicamente está por el piso. Eso da más susceptibilidad a que cualquier virus se replique en su organismo’’ explicó la doctora Yolimar Mendoza del Distrito Sanitario N° 7 de La Urbina.

Por lo general, a la infección por VIH y tuberculosis se le conoce como infección simultánea o coinfección.

Mendoza señaló que, generalmente, cuando llega un paciente con sospecha de tuberculosis se le realiza el examen de VIH, y con frecuencia detectan que esta ya estaba presente en su organismo. Por lo tanto, es la que condiciona a que todos los ‘‘gérmenes oportunistas’’ ataquen su sistema inmunológico.


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