El director del Hospital Central de San Cristóbal, Renny Cárdenas, informó que esa institución hospitalaria fue entregada con severas deficiencias para prestar un servicio médico a los ciudadanos. Dijo que la empresa privada, la sociedad civil y la sociedad médica del Táchira, han dado asistencia, recursos y donaciones para arreglar equipos y áreas de atención.

“Las medicinas y alimentos estaban en una sola cava. De nueve cavas, solo una estaba operativa. Del lado derecho había papas y del lado izquierdo, medicinas. Esto tuvieron que hacerlo porque o se perdían los alimentos o se perdían las medicinas”, dijo Cárdenas. En la cocina hay una licuadora doméstica y no industrial para el licuado de alimentos y los tres hornos no funcionan.

Los ascensores del Hospital Central, cuyo mantenimiento dependía del convenio Venezuela-Argentina, se paralizan y no tienen la opción de cierre automático, por lo que requieren de ascensoristas que tampoco hay. En todos los pisos hay material dañado y de desecho. El equipo de esterilización a gas para el instrumental está inoperativo desde hace dos años en su lugar. La anterior administración estaba haciendo lo propio en un área sin condiciones mínimas de seguridad para el personal, por lo que fue clausurada.

En cuidados intensivos, la máquina de hemodiálisis está dañada y en los quirófanos, de ocho lámparas solo funcionan dos, mientras que de las lámparas cialíticas, funciona la mitad.

En medicina física, el área fue derrumbada porque allí sería construida una nueva hace dos años pero nunca se hizo. El ministerio de Salud amenaza con llevarse los equipos si estos no son utilizados.

En el área de oncología no sirve el acelerador lineal y los pacientes con cáncer deben recurrir a Cúcuta o a otros estados donde haya cupo para tratamiento.

En la frontera

Ildemaro Pachecho, presidente de la Corporación de Salud del Táchira, señaló que en la entidad no hay casos de difteria ni de malaria registrados, pero en las entidades vecinas como Apure y Mérida, sí.

Asimismo, indicó que a causa de la migración descontrolada hacia Colombia se han presentado casos diarreicos.

“El puente se ve saturado todos los días. El paso por el río sin ningún tipo de control sanitario. Las ciudades de San Antonio y Cúcuta tienen gran cantidad de gente que duermen en las calles y no tienen condiciones sanitarias y todo eso está generando peligro a la salud”, agregó Pacheco.


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