La falta de insumos, el éxodo de profesores, la escasez de reactivos y la frustración de ejercer la profesión en un país que no cuenta con las condiciones mínimas merman las ilusiones de los estudiantes de medicina venezolanos. Muchos han optado por dejar las aulas al ver las fallas que hay en el área laboral desde que realizan sus prácticas universitarias.

Elementos básicos como una inyectadora o tubos para realizar traqueotomías no aparecen con facilidad en los salones. Fórmulas y reactivos, utilizados en los laboratorios de bioanálisis, también presentan deficiencias de disponibilidad.

La migración de profesores en busca de mejores condiciones de vida o empleos con mayor remuneración agrava la situación.

“Es ver que ellos se preparan, que a veces le faltan profesores e insumos, mezclado a una situación país de la que no estamos libres. Esto hace que el estudiante se frustre y no quiera seguir estudiando”, explicó Daniel Vargas, dirigente estudiantil de la Facultad de Medicina de la Universidad Central de Venezuela (UCV).

En las escuelas de Salud Pública, Enfermería, Bioanálisis, Nutrición, así como la Escuela Vargas y la Razetti, se ha registrado 50% de deserción estudiantil, aseguró. Sin embargo, aún hay aspirantes al título que continúan con su formación a pesar de las deficiencias.

“Los estudiantes de la salud tenemos un compromiso. En nuestra formación siempre se nos recalca el sentir humanista, el sentido de que, a pesar de nuestras dificultades, sigamos con nuestros pacientes, sigamos con nuestra gente; ellos son nuestro principal motivo a seguir. Es por eso que seguimos formándonos a pesar de las deficiencias, seguimos apostando por este país a pesar de que cuando vamos a una práctica no hay ni siquiera insumos para hacerlas”, resaltó Vargas.

No renunciar al país es la invitación que le hace el dirigente estudiantil a quienes se forman en el área de la salud. “Nosotros tenemos que empezar a cambiar para poder generar cambios y poder reflejar oportunidades en nuestro país”, aseveró.

Explicó que se iniciará un proyecto a nivel social en el que se ofrezca atención médica en las comunidades desde sus posibilidades. “Vamos a acompañar a las comunidades y a nuestra gente en medio de estas dificultades”, dijo.

Además, resaltó la importancia de alzar la voz ante instancias nacionales e internacionales para hallar una solución a la crisis que atraviesa el sector de la salud. Para tal fin se articularán trabajadores, sindicatos, médicos, pacientes y universidades con facultades de medicina.

La fisioterapeuta Ninoska Chalén aseguró que a la causa deben unirse los venezolanos. “Todos debemos tomar medidas al respecto. Una de ellas es la unión entre todos los sectores de la salud junto con quienes van a una farmacia y no consiguen un medicamento, y quienes consiguen ese medicamento pero a precios muy elevados y sabemos que el sueldo mínimo no alcanza para comprarlos”, señaló.

El panorama parece tornarse más oscuro cada día que pasa. La esperanza de convertirse en un profesional de la salud se enfrenta a la crisis del país desde el primer día de clases, cuando los estudiantes entran a un salón carente de profesores, de herramientas y de condiciones para formarse. Para muchos, la frustración por esta situación pesa más que la posibilidad de alcanzar el título universitario.

“No nos podemos rendir, si nos cierran un camino debemos buscar otro”, dijo.


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