A las dictaduras no les gustan las elecciones libres y justas porque no les convienen, por eso las proscriben, evitan o tratan de manipularlas y desnaturalizarlas.

La presión nacional e internacional ha obligado a la que padecemos en Venezuela a convocar las de gobernadores, inconstitucionalmente suspendidas por el CNE. La pérdida de legitimidad democrática le es sumamente costosa al chavismo, y por tanto recurre a las regionales y a promover el diálogo con la finalidad de lavarse el rostro.

Fiel a su condición no democrática y tramposa, esa convocatoria se hace acompañada de medidas y omisiones ilegales que le restan confiabilidad. Por ejemplo, el adelanto de la fecha y la negativa a hacer las sustituciones necesarias en el tarjetón electoral, tal como lo demanda la MUD; asunto que cuando pergeño estas reflexiones continúa pendiente.

El régimen busca con esa conducta dividir a la oposición, estimular la abstención y favorecer el voto nulo.

Las fuerzas democráticas han decidido participar en los comicios, y han logrado progresivamente superar los obstáculos y trabas puestas por el oficialismo. Inscribieron precandidatos para reservar espacios, escogieron por consenso y primarias entre esos precandidatos los abanderados definitivos de la Mesa de la Unidad y finalmente materializaron una alianza potente y competitiva.

Las fuerzas democráticas han actuado de esta forma porque consideran que las elecciones regionales son un acto de resistencia sumamente poderoso en la lucha por el cambio. Así como lo pertinente fue abstenerse el 30 de julio con motivo de la ilegal constituyente, lo conveniente ahora es participar en los comicios regionales del 15 de octubre.

Para quienes todavía dudan de la conveniencia de votar el 15 de octubre, me permito glosar algunos argumentos que hacen aconsejable votar y hacerlo por los candidatos de la MUD para propinarle a la dictadura una derrota considerable. Argumentos que extraigo de un documento de la Fundación Espacio Abierto sobre el tema.

“El voto es el principal instrumento que tiene un ciudadano, incluso para enfrentar una dictadura. Las elecciones regionales son constitucionales y no se entendería la abstención opositora. La oposición ha exigido que se cumpla con el calendario electoral, por tanto sería un acto de incoherencia y una contradicción negarse a participar. El oficialismo perdería cualquier consulta electoral que se presente, tal y como lo expresan la calle y las mediciones de opinión. Abstenerse es regalarle al régimen todas las gobernaciones y concederles gratuitamente legitimidad democrática. Los comicios regionales son también plebiscitarios, y una victoria contundente de las fuerzas democráticas acercará el fin del gobierno. Una eventual victoria opositora reforzará su capacidad negociadora. Es preferible a todo efecto que el lunes 16 de octubre amanezca bajo el signo de una victoria electoral democrática que con la victoria del gobierno”.

Por supuesto que el régimen hará todo lo que esté a su alcance para evitar la derrota. Solo una amplia participación ciudadana acompañada por la eficiente maquinaria electoral de la MUD y la supervisión internacional puede evitar que el oficialismo tuerza la voluntad de cambio.


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