¿Tuvo Hitler una vida significativa, con sentido?

Esta es la pregunta que intenta responder Iddo Landau, Ph.D. y profesor de Filosofía en la Universidad de Haifa, Israel. Ha escrito extensamente sobre vivir una vida significativa y con sentido. Su libro titulado Encontrar el sentido en un mundo imperfecto fue publicado el año pasado (Finding Meaning in an Imperfect World, Oxford University Press, 2017, New York, USA).

La tesis de Landau es que tener una vida significativa, con sentido, es tener una vida que consideramos que tiene un número suficiente de aspectos de suficiente valor. Note el lector que el adjetivo suficiente aparece mencionado dos veces. Tal vida ha superado un umbral de valor alto y, por lo tanto, ahora se acepta como significativa, con sentido. Por el contrario, un vivir sin sentido es aquel que todavía no ha llegado a tal umbral. A veces, las personas que piensan que sus vidas carecen de sentido, las describen como “vacías”, pero les resulta difícil explicar en qué consiste ese vacío. La respuesta es que están vacías del adecuado valor.

Para Landau es importante darse cuenta de que el significado, el sentido de la vida, se basa en el valor, ya que nos permite corregir muchos errores que cometemos cuando examinamos la presencia o ausencia de significado, de sentido, en nuestras vidas. Así, el concepto de valor nos conduce entonces al de una felicidad bien entendida: una que es lograda no a través de la constante autogratificación, a su vez conseguida, por ejemplo, no mediante el uso indebido del poder encomendado, sino siendo fiel y leal a un propósito valioso.

Ahora bien, una vida basada en la noción de valor no admite inmoralidades. Abstenerse de un comportamiento inmoral es, por lo tanto, una condición necesaria para el tipo de vida que se postula. Las personas que, deliberada e intencionalmente, perjudican a otros no tienen para nosotros vidas significativas aunque hayan alcanzado muchos logros en otras esferas. En tal sentido no obtienen nuestro reconocimiento y por tanto, no logran satisfacer una de sus necesidades psicológicas básicas (Abraham Maslow, 1943, “A Theory of Human Motivation”, Psychological Review, 50, 370-396).

Por ejemplo, nuestro juicio sobre el sentido de la vida significativa y con sentido de Beethoven se derrumbaría si nos enteráramos, por ejemplo, de que torturaba niños a fin de obtener la inspiración necesaria para componer sus sinfonías.

Hay que reparar, sin embargo, en que aunque abstenerse de comportamientos inmorales es una condición necesaria para tener una vida con sentido, materializar comportamientos morales no constituye una condición necesaria para conseguir un vivir valioso. Personas como Mahatma Gandhi y la Madre Teresa, juzgamos que tuvieron una vida significativa pero también la tuvo, por ejemplo, Albert Einstein, aunque él no sobresalió en la esfera moral sino en la esfera de la Física.

Landau refuerza su razonamiento con uno de Thaddeus Metz, profesor distinguido de la Universidad de Johannesburgo en Sudáfrica, Ph.D en Filosofía en la Universidad de Cornell, New York, USA, y autor del libro Meaning in Life (2014, Oxford University Press): hacer avances científicos o crear obras de arte otorga significado, incluso si la obra de arte o el avance científico no tiene importancia moral. Por lo tanto, materializar un comportamiento moral no es una condición necesaria para darle significación y sentido a nuestras vidas. Pero abstenerse de los comportamientos inmorales sí otorga tal significado y sentido.

Entonces, otra vez, ¿tiene Esteban una vida significativa, con sentido?


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