Delcy Rodríguez es una mujer que nos ha demostrado que prefiere prosternarse a Maduro, a que el propio Maduro sea quien se prosterne a su condición de mujer. ¿Y por qué? Es simple. Ella misma dio esa respuesta cuando prefirió abandonar la presidencia de la “omnipotente, todopoderosa y plenipotenciaria constituyente”,  ante la cual Nicolás Maduro se “subordinó”, para ahora convertirse en subalterna de Nicolás Maduro en sus nuevas funciones desde la “Vicepresidencia” de la República, y de manera contradictoria dejar a Diosdado Cabello como su “suplente” en tal instancia “supraconstitucional”.

Como “vicepresidente” Delcy Rodríguez, a través de un programa televisivo, nos habla de que su principal «venganza» será llevarnos al “socialismo”. Y nos preguntamos, antes de entrar en el análisis sobre esa extraña “venganza”, ¿de cuál “socialismo” nos habla Delcy? ¿Acaso es que usted estudió sus posgrados en Cuba, Corea del Norte, China, Vietnam, Siria, Libia, Irak, Irán o en Rusia? Porque hasta donde tenemos entendido, tal como lo pregona su biografía publicada en páginas electrónicas, sus estudios universitarios cursados fuera del país se realizaron en instituciones de Francia e Inglaterra¹, países que no tienen precisamente un ápice de ser socialistas, sino por el contrario, son parte del grupo de naciones que según el madurismo viven subyugados ante los intereses imperialistas.

Sin duda, resulta incomprensible que alguien declarado “socialista” además nos eche en cara que su “venganza” será aplicarnos el “socialismo” a los venezolanos; por lo menos en lo personal, me cuesta entender que ese alguien cuando ha estado por diversas razones en el exterior, entre ellas de carácter académico o laboral, no tenga en su hoja de vida que haya realizado alguna pasantía de un tiempo aceptable en un país “socialista” y que por ende esté segura de que ese sea el mejor sistema para vivir. ¡Claro! No faltará quien salga en su defensa diciendo que precisamente al vivir en los países capitalistas pudo “comprobar” que esas formas de vida no serían la mejor “venganza” que pudiera aplicarse sobre los venezolanos, desde que llegó hasta instancias de poder político.

Por ello, supongo que cuando Delcy Rodríguez, ahora desde la Vicepresidencia de la República, diga que la inflación “no existe”, para asegurar que el incremento de los precios de alimentos, medicinas o autopartes son “inducidos”, o que la devaluación del bolívar pasa por la llamada teoría “Boza” (aunque “bolsa” suena mejor) de alguien que maneja un teclado. O que los “colectivos” están armados pero de “buenas intenciones”, o que las fallas eléctricas y en el servicio de agua son productos del “sabotaje”, e incluso decir que la disminución en la producción petrolera es por culpa de “imperialistas infiltrados”, así como recordarnos que en Venezuela tenemos “políticos presos”, asumiremos que eso no es una “venganza” sino respuestas que manifiestan los extraordinarios deseos que tiene el madurismo sobre el pueblo. 

También es probable que la “vicepresidente”, en esta “venganza” socialista, nos dirá cuando su hermano aparezca en otro país junto con sus hijos, en este caso de América Latina, que eso es otro claro ejemplo de situaciones de hecho que practica la familia Rodríguez para mostrarnos la negatividad del capitalismo. ¿Para qué vamos a mencionar cuando la propia Delcy y Jorge Rodríguez aparezcan comprando ropa y abrigos en las llamadas tiendas de marca de algún país europeo? Ya intuiremos que lo hará para que podamos comprobar las negatividades capitalistas.

Ignoro lo que puede significar el “socialismo” para Delcy Rodríguez, y honestamente no estoy interesado en saberlo, pero lo que sí puedo asegurar es que su “venganza” pudiera ser recíproca en quienes ella desea ver viviendo de manera “socialista”.

Verbigracia, saber que gana como “vicepresidente” un salario mínimo que traducido en dólares sea entre 6 y 8 centavos diarios de dólar. Que sus sobrinos o futuros hijos, así como aquellos que integran las familias de la cúpula madurista, estudiarán en escuelas, liceos o universidades públicas. O que si llegara a tener un problema de salud, será examinada y tratada en un hospital o ambulatorio adscrito al Seguro Social, o que cuando tenga que trasladarse hasta un sitio cualquiera, lo haga en Metro o en las llamadas “perreras”. Igualmente, que saliera por las calles y avenidas de Caracas sin escoltas, y que se mudara para un inmueble de los que construye la llamada Misión Vivienda. A lo mejor de esa manera sería más fácil comprender que su “venganza” no tiene nada en contra de los venezolanos.

El término venganza, aunque la “vicepresidente” intente disfrazar la morfología, la semántica y la sintaxis para manipular el contexto discursivo, la verdad es que esa lexis durante su intervención en el susodicho programa le generó una traición en lo más profundo del subconsciente y además reveló sus verdaderos pensamientos. Aquí nadie puede ser engañado. Venganza significa ver destruido al otro. Hay un rencor en quien desea la venganza.

¹https://es.wikipedia.org/wiki/Delcy_Rodr%C3%ADguez


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