“A los ingenuos, tontos y resentidos que votaron por Chávez, que creyeron en sus mentiras, que cayeron por inocentes y que ayudaron a la destrucción de Venezuela”.

Han pasado 20 años desde que Hugo Chávez llegó a la Presidencia de Venezuela. Millones de venezolanos votaron por él porque supo detectar el desencanto social, la crisis de los partidos políticos, la tolerancia con la corrupción que carcomía a la democracia y su incapacidad de reducir la pobreza. Ganó las elecciones porque ilusionó a las masas populares, haciéndoles creer que gobernaría con su participación y que combatiría la corrupción. Pero la realidad fue que mintió y engañó para conseguir su único objetivo: el poder.

Una vez juramentado violando la Constitución, porque no dijo si juraba respetarla; forzó el orden constitucional y llamó a una asamblea constituyente que elaboró una constitución a su gusto y medida: Extendió a 6 años el mandato presidencial, eliminó el Congreso bicameral y redujo los contrapesos y el control entre poderes. Aprovechándose de la ignorancia fomentó el odio, el resentimiento, la envidia y la lucha entre venezolanos, de los pobres contra las clases media y alta.

Chávez entregó nuestro país y su soberanía al régimen de Fidel y Raúl Castro, convirtiendo a Venezuela en una colonia cubana y a nosotros en sus vasallos.

En el año 2000, en una visita que Fidel Castro hizo a Caracas, fue firmado el “Acuerdo de Cooperación Integral por 10 años” que incluyó el suministro estable de los 100.000 barriles diarios de petróleo y derivados, que ya Venezuela le venía entregando a Cuba. Esta ni abonaba ni tenía que pagar las facturas, porque cambiaba esa deuda por servicios prestados por médicos, enfermeras y entrenadores deportivos. Es más, ni siquiera consumía todo el crudo enviado porque vendía su mayor parte a otros países, para obtener divisas. En el marco de ese acuerdo también figuraron oscuros tratos comerciales, créditos especiales y el financiamiento de varios proyectos en esa isla, como: infraestructura ferroviaria, hotelera y energética. Ese subsidio venezolano estuvo al margen de cualquier auditoría y no existió documentación pública detallada, pero para el año 2013 varios analistas venezolanos lo estimaron en más de 13.000 millones de dólares.

Más de 200.000 agentes cubanos, como un ejército invasor, están desplegados en labores de inteligencia y controlan las riendas del país. Sistemas informáticos cubanos se encriptaron en la Presidencia de la República, ministerios, programas sociales, servicios policiales y en Pdvsa. Puso en manos de La Habana el Sistema Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), cédulas, pasaportes y la base de datos personales de todos los venezolanos, contratando a la empresa cubana Albet, vinculada a la Universidad de las Ciencias Informáticas. Igualmente, los cubanos se hicieron cargo del Servicio Autónomo de Registros y Notarías (Saren), registros civiles, mercantiles y de la propiedad; los puertos, aeropuertos, puestos de control migratorio y el mando sobre todas las esferas de la administración pública. Hasta Nicolás Maduro fue el escogido por los Castro como su sucesor (Búmeran Chávez - Emili J. Blasco).

Hoy en día el régimen cubano tiene penetradas todas y cada una de las instituciones de Venezuela y militares cubanos están en lo más alto de los comandos de la Fuerza Armada Nacional: en el Comando Estratégico Operacional, en la Ingeniería Militar, en la Inteligencia, en el área de Armamento y en Comunicaciones, participando en la planificación y organización de las Fuerza Armada Nacional (FANB). También Cuba maneja la seguridad interna de Venezuela y la dictadura chavista-madurista se apoya en esa presencia cubana para el sometimiento pleno de las Fuerzas Armadas venezolanas y anular a la oposición que se expresa contra el régimen.

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@JMColmenares


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