Hace tiempo que Venezuela tocó fondo y hoy lo certificamos, estamos en el abismo, en la desgracia y aun así para muchos parece todo estar normal y no sucede nada. Una gran mayoría de la población continúa bajo el adoctrinamiento de la izquierda MUD-PSUV y permanecen en total sumisión y complacencia hacia ellos, apoyando y siendo complacientes ante cualquiera de sus métodos propuestos de “lucha”, que en verdad son mecanismos de mutua legitimación, para uno ser legalizados como gobierno y otros como oposición, cosa que no son.
Hoy somos víctimas del legado de Chávez, socialismo, miseria, muerte y falsa oposición, siendo esta última la MUD, que labora con gran facilidad y eficiencia para mantener al régimen intacto mientras muere de hambre toda una nación y el venezolano promedio vive las horas más amargas dentro del país a la espera de un mesías, mientras muchos permanecen convencidos de que la salida está por llegar mediante una nueva “oposición”, que no es más que el producto de la unión entre la MUD-PSUV, es el hijo rebelde que siempre estará allí mostrando apego a sus padres sin importar sus indiferencias y velará por su ideología izquierdista ante todo, incluso aunque lo niegue y es: Soy Venezuela.
En 2017 muchos se doblaron para no partirse y quedó demostrado quién es cada quien y qué funciones cumplen hacia al régimen; consecuencia de ello y de no haber actuado ante todo lo que se advirtió, Venezuela vive su peor año, un año difícil, rudo y complicado, lleno de retos en los que el día a día se convirtió en una misión y salir a las calles es como atravesar el infierno, un año en el cual la juventud estuvo más confundida y desconcertada que nunca, cuando el venezolano no lo pensó dos veces para abandonar su patria y cuando la crisis nos arropó, el agua llegó al cuello y ya muchos comienzan a hundirse. El año 2017 cierra en penurias y decadencia, con una ciudadanía burlada y traicionada, con más presos que nunca y bajas también, con protestas a la medida del régimen conducidas con por la MUD y materializado lo más vil que podía suceder, tener un régimen legitimado con la asamblea nacional constituyente incluida, legalizado por todas sus vías institucionales y no a través del voto y del diálogo auspiciado por la MUD y su reconocimiento ante estos, con un CNE viciado y fraudulento catalogado de demócrata y con una comunidad internacional desconcertada, ya que se alega dictadura pero se sigue votando y fingiendo que existe democracia, cuando en verdad todo ha sido arreglado.
Venezuela tocó fondo, hoy la Navidad pareciera ser inexistente y reinar la oscuridad, pues no hay nada qué celebrar, las familias están divididas y solo se percibe la angustia, desesperanza y desespero de un pueblo humillado que enfrenta cada día un reto distinto y quizá hasta más difícil, en donde las colas no cesan y la inseguridad hace de las suyas mientras hay ausencia de alimentos, medicamentos, insumos básicos y niños mueren hasta de desnutrición, pero afortunadamente esto puede cambiar y podremos salir del vacío en el que estamos, lo cual lograremos con mucho esfuerzo, gallardía y unión, al desobedecer y desconocer a la izquierda MUD-PSUV, rechazar cualquier mecanismo democrático que legitime al régimen y al prepararnos para luchar y enfrentarnos hasta cantar y gritar: libertad.