El estudio Latinobarómetro es producido por la Corporación Latinobarómetro, una ONG sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile y única responsable de los datos. A partir de 2004, el estudio se hace en 18 países latinoamericanos, con la excepción de Cuba. Esta medición, correspondiente a 2018, aplicó 20.204 entrevistas, entre el 15 de junio y el 2 de agosto de 2018, con muestras representativas de la población total de cada uno de los 18 países, representando a la población de la región, que alcanza 650 millones de habitantes.

El informe fue publicado el pasado 9 de noviembre en el portal de la organización. Tiene 2 partes y la segunda se divide en 21 secciones. Este artículo hará referencia a las secciones 5, 8, 9, 11, 12 y 14. El informe se presenta en el portal con estas palabras: “Informe Latinobarómetro 2018, un año en que caen todos los indicadores económicos políticos y sociales, algunos de los cuales alcanzan las cifras más negativas desde el inicio de las mediciones en 1995”. No es en vano el calificativo de “annus horribilis” con que lo describe Marta Lagos, fundadora y directora ejecutiva de Latinobarómetro.

Según reporta el informe, la satisfacción con la democracia disminuye constantemente de 44% en 2008 hasta 24% en 2018: en ningún país de la región hay una mayoría satisfecha. En tan solo tres países el resultado se acerca a tener uno de cada dos ciudadanos satisfechos: Uruguay, con 47%; Costa Rica, con 45%, y Chile, con 42%. En Venezuela y para 2018, la satisfacción alcanza tan solo 12% y se encuentra en constante disminución desde su máximo, alcanzado en el año 2007, con 59%.

El informe afirma que la pregunta crucial para conocer sobre la soberanía democrática es ¿para quién se gobierna? Las respuestas en América Latina no son alentadoras. La respuesta «se gobierna para todo el pueblo» alcanzó un máximo de 36% en 2011 y disminuyó hasta 17% en 2018. En Venezuela, el máximo se alcanzó en el año 2005, con 55% y ha disminuido constantemente hasta alcanzar 12% en 2018.

De acuerdo con el informe, la aprobación del gobierno debería seguir el mismo destino marcado por las dos preguntas precedentes. En toda Latinoamérica, la aprobación por el gobierno alcanzó un máximo de 60% en el año 2009, para luego derrumbarse hasta 32% en 2018. En Venezuela, alcanzó un máximo en 2005, con 65%, y luego comenzó a disminuir hasta alcanzar 47% en 2013, año en que comenzó el desgobierno de Nicolás Maduro para luego continuar disminuyendo hasta 24% en 2018.

En cuanto a la confianza en instituciones públicas (Iglesia, Fuerza Armada, Policía, Institución Electoral, Poder Judicial, Gobierno, Congreso y Partidos Políticos), presenta una tendencia a disminuir desde su máximo de 78% en 1998 hasta el valor de 63% en 2018. En Venezuela y para 2018, la confianza en la Iglesia fue de 74%; en la Asamblea Nacional, de 20%; en las Fuerza Armada, de 19%; en la institución electoral, 18%; en el Poder Judicial, de 18%; en el gobierno, de 17%; en los partidos políticos, de 14%, y en la policía, de 12%.

Por su parte, la confianza en otro tipo de instituciones, por ejemplo, los medios de comunicación y los sindicatos, presentan valores extremos tanto en Latinoamérica como en Venezuela. Para 2018, la confianza en los medios de comunicación en Latinoamérica fue de 44% y en Venezuela de 46%; mientras que en los sindicatos la confianza se ubicó en 27% para Latinoamérica y en 14% para Venezuela.

La corrupción es el primer o segundo problema más importante en cada país menos en Nicaragua, Uruguay y Venezuela. En estos tres países, y paradójicamente hablando, el problema no tiene relevancia estadística. Sin embargo, cuando se les pregunta a los encuestados sobre la percepción de quiénes están involucrados en actos de corrupción, en Venezuela tanto el presidente de la República como sus funcionarios y como también los parlamentarios, arrojan cifras de 65% y 64% respectivamente, más altas que las que arroja Latinoamérica y todos sus países, con 50% y 51%, respectivamente.

Finalmente, en cuanto a la autoclasificación de clase social, potente indicador resumen del sentimiento económico de una sociedad, tenemos que Latinobarómetro 2018 reporta que en Venezuela 7% de la población se autoclasifica como clase alta (versus 8% en Latinoamérica); 30% se autoclasifica como clase media (versus 37% en Latinoamérica), y 62% se autoclasifica como clase baja (versus 51% en Latinoamérica).

Resumiendo para ustedes, amigos lectores, así ve Latinobarómetro 2018 los resultados del socialismo del siglo XXI en Venezuela: los ciudadanos no sienten que su presidente gobierna para ellos. La gran mayoría de la población no aprueba la gestión del gobierno. La confianza en los partidos políticos es menor que la confianza en el gobierno. La mayor confianza se ubica en los medios de comunicación y la más baja en el gobierno, los partidos políticos, la policía y los sindicatos. Los ciudadanos no le asignan importancia a la corrupción. Las cifras de percepción de corrupción del presidente de la república y sus funcionarios así como de los parlamentarios son las más altas de toda Latinoamérica y este año 2018 más ciudadanos se han autoclasificado de clase baja.

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