Aún soñamos con que saldremos de esta tragedia sin que los venezolanos tengamos que llegar a un conflicto mayor producto de la locura del siglo XXI a que se ha sometido al país en los últimos 20 años. Venezuela is back era el mensaje que veía en grandes vallas y cuñas de televisión alrededor del mundo. Era un mensaje para recordar que habíamos superado la pesadilla y el país estaba preparándose para los nuevos tiempos. La diáspora regresando a luchar por su patria, el turismo compitiendo con el petróleo, una economía abierta en la que el proteccionismo no existía, en la que las medidas eran para acelerar la producción y generar riquezas, el gobierno se reducía para darle paso a la iniciativa privada, los incentivos eran para sacar a los rezagados de la pobreza y la palabra emprendimiento se convertía en el centro del lenguaje oficial. Llegaron miles de empresas a competir e invertir en Venezuela, las grandes petroleras con un esquema de regalías e impuestos atractivos recuperarían la producción y nos pondrían a sumar cientos de miles de barriles más. El país energético venía de la mano con un turismo sustentable y verde, el turismo mundial nos descubría y apostaba a ver las maravillas de Venezuela. El parque automotor poco a poco cambiaba. En Maiquetía desaparecía la flota más antigua de este hemisferio para convertirse ahora sí en la puerta de Suramérica, un aeropuerto extraordinario para conectar al mundo. Las flotas pesqueras surcaban nuestra amplia geografía para convertirnos en exportadores de pescado y la tierra fértil volvía a florecer con siembra, ganado y cuanta oportunidad hay en esta dominio extenso y fértil . El mensaje no era subliminal, era claro , Venezuela estaba de regreso al concierto de naciones progresistas, democráticas y respetuosa de los derechos humanos. Los discursos desde la presidencia era precisos y cortos, el mensaje era directo, nuestro objetivo era cumplir las metas del milenio y hacia allá van todas las energías, de la mano con el sector privado, de la Iglesia, de las ONG, de los organismos internacionales. Se terminaba la diplomacia del insulto por la de la reflexión, la del respeto, la de escuchar a nuestros vecinos ante nuestra nueva realidad. En fin, Venezuela estaba de regreso, hasta que me despertó el televisor y de nuevo una cadena del señor Maduro anunciando sus medidas económicas. No estábamos de regreso, seguimos en la espera.


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